𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄// 𝐉𝐀𝐂𝐀𝐄𝐑𝐘𝐒 𝐕𝐄𝐋𝐀𝐑𝐘𝐎𝐍

◇10◇

La familia recibio con brazos abiertos a las dos mujeres cuando estas bajaron de sus dragones, Rhaenys con una resplandeciente sonrisa por ver a sus nietos y a sus sobrinos mientras que Baela era la viva imagen de la difunta Laena. En el momento en que ambas se acercaron a la familia fueron recibidas por Rhaenyra y Daemon respectivamente. -Que alegría que pudieran venir, Rhaenys.- La futura reina la miraba con una enorme sonrisa mientras que el príncipe tenia en sus brazos a su hija mayor.

Baela se acerco a sus primos con una sonrisa, todas las jóvenes la atraparon en un abrazo. -No sabes cuanto te extrañamos, Baela.- le dijo su hermana menor provocando una sonrisa de la morena. Los otros jóvenes se acercaron a ellas, Jace y Luke la saludaron con un rápido abrazo mientras que Aemond la recibio con una sonrisa, por otro lado el mayor de los jóvenes...

-Hola, Baela.- Todos aguantaron una risa al ver las mejillas de Aegon y Baela tomar un tono rojizo al momento en que Aegon con sus movimientos galantes y miradas seductoras dejo un beso en los nudillos de la Hija de Daemon. Rhaena soltaba pequeños golpes emocionados en el hombro de Daella.

Jacaerys, Aemond y Luke se empujaban con sus codos conociendo perfectamente lo que esto significaba, el carraspeo de alguien llego a los oídos de los jóvenes. -¿Por que no pasamos al castillo?- sugirió Rhaenyra con una sonrisa cómplice dirigida a su hermano quien aparto la mirada. Todos comenzaron a caminar hacia la fortaleza que se encontraba frente a ellos mientras las cuatro menores enredaban sus brazos.

-Tenemos mucho de que hablar, querida prima.- Helaena le dijo provocando una risa en todas mientras frente a ellas los tres chicos se burlaban de Aegon quien estaba mas rojo que los colores que decoraban su traje. Una vez todos se encontraban en el interior del castillo, la atmósfera era cálida. Rhaenys se encontraba encantada con el pequeño Jaeharys mientras Jaehera era mecida por su padre.

-Veo que todo ha andado de maravilla.- le dijo la mayor mirando como sus nietos y sobrinos hablaban animadamente alejados de los adultos. -Debo admitir, fue un movimiento audaz pero acertado el alejarlos de Kings Landing.- Rhaenyra apreciaba el consejo de la mujer.

Rhaenys hubiera sido una reina poderosa de no haber sido por la decisión del consejo. Ahora sabía que con su apoyo Rhaenyra podría llegar a ser tan buena gobernante como cualquier hombre e incluso mejor. -Entonces...- la voz de la mayor tomo un tono más serio. -¿Cuanto tiempo hasta que tengan que volver a Kings Landing?- El pecho de la mujer se lleno de tristeza al recordar que en poco tiempo sus hermanos volverían a la Fortaleza roja.

Con un suspiro y una mirada triste hablo. -Tres lunas.- Rhaenys coloco una mano en el hombro de Rhaenyra en señal de apoyo. -No quiero que regresen ahí.

-Tu misma hiciste esa promesa, Rhaenyra.- Le recordó como había pedido solo una temporada después de lo ocurrido en el día de nombramiento de la menor de las princesas. -Créeme, bajo tu tutela y la de Daemon, esos niños han mejorado mucho más en una sola temporada que si los hubieras dejado en el reino.- Rhaenys estaba consciente de la mejoría en la conducta y habilidades de cada uno de los hijos de su primo. Al igual que a Rhaenyra le preocupaba que volvieran a desembarco del rey donde nadie de confianza pudiera mantenerlos vigilados. -Solo puedo esperar que tu y mi primo los educaron lo suficiente como para que sepan defenderse en ese lugar.

Rhaenyra había hecho una promesa, los protegería con todo lo que estuviera en su poder. Pero en el momento en el que ellos dejaran de estar con su hermana, estarían solos contra el mundo mientras Rhaenyra los apoyaba a la lejanía. -Son dragones, estarán bien.

La mayor suspiro al ver como todos los jóvenes reían sin alguna preocupación. -Eso espero.- Ambas estaban preocupadas por los menores, bajo el control de Otto todo podía pasar. Lo único que calmaba a la futura reina era que Daemon había instruido a sus sobrinos en el arte de la pelea, ya no eran indefensos.