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Rhaenyra despertó con Daemon a su lado, con una sonrisa acaricio su rostro delicadamente. Una vez estando ambos despiertos se mantuvieron en su cama hablando de varios temas mientras Daemon dejaba caricias sobre el vientre abultado de Rhaenyra. Era una mañana tranquila hasta que por los pasillos del castillo se escucho un grito que resono por todo el lugar alarmando a los dos adultos. -Daella!- de inmediato se levanto y coloco una bata para correr hacia la habitación de su hermana menor.

A su paso, las puertas de los demás niños que se encontraban con ellos se abrían dejando ver a menores confundidos. Al llegar abrió la puerta con temor de encontrarse con algo terrible, entró y se encontró con la princesa en su cama mirando con horror debajo de sus sabanas. -¿Qué ocurrió?- se acerco a su hermana quien tenía sus ojos cristalinos y una mirada asustada. Al llegar a su lado pudo ver que sus sabanas y su vestido de noche estaban manchados de sangre. -¿Estas herida?- pregunto pero la menor negó, esto provoco un suspiro en su hermana quien hizo que todos los hombres que se quedaron en la puerta de la habitación volvieran a sus respectivas recamaras.

-¿Voy a morir?- le pregunto mientras Helaena se acercaba, Rhaenyra no podía creer que Daella no supiera que lo que le ocurría era normal y que tenia que llegar a suceder.

-No, no vas a morir, dulzura.- Abrazo a su hermana peinando su cabello. -Es algo normal, iba a pasar tarde o temprano. ¿Tu madre no te lo dijo?- Daella bajo la miraba y Helaena hablo.

-Madre no le gusta hablar de eso.- le dijo la otra joven que repasaba los bordados en las mangas de su vestido para dormir.

La mayor soltó un suspiro y comenzó a explicar que era lo que le pasaba, Daella quería pedirle a Dearax que se la comiera al enterarse que eso le pasaría cada luna. Despues de que cambiaran las sabanas y el colchon que estaban manchados de sangre, Rhaenyra le instruyo en como colocar de manera apropiada las telas para evitar que manchara su vestido.

A la hora del desayuno decidieron omitir el tema de lo sucedido. Mientras los jóvenes se dirigieron a sus respectivas lecciones, Daella y Helaena siguieron a su hermana hacia un salón donde se encontraban varios caballeros. La primera elección de Daella al igual que de Rhaenyra fueron apresuradas y fallidas, por lo que ahora elegiría con más cuidado. -Todos ellos son caballeros que han peleado de distintas batallas, todos leales al principe Daemon.- les dijo su hermana.

Ambas comenzaron a escuchar los diferentes logros de cada uno de los caballeros -¿Hay alguno de Dorne?- pregunto Helaena provocando una risa sarcástica de parte de Daemon quien se encontraba detrás de ellas.

-Los dioses prohíban tener a una de esas serpientes bajo nuestro techo.- Le dijo el mayor. -En batalla Ser Ether y Ser Thobias son los mejores.- les dijo señalando a los dos hombres.

Daella señaló al hombre que parecía ser de la edad de su tío -¿Quién es el?- pregunto con curiosidad al verlo, sus instintos la hacían mirarlo.

-Ah, Ser Saeros. Proveniente de la casa Arryn. Peleo con nosotros en la batalla de los peldaños de piedra y anterior a eso fue perteneciente a las capas doradas.- Daemon llamó al hombre para que pasara frente a ellos.

-Ser Saeros ¿Cierto?- Daella veía algo en el, valentía y lealtad. En un futuro esas serían cosas necesarias.

-Así es, mi princesa.- Daella comenzó a cuestionarlo mientras Helaena hacia lo mismo con la asesoría de Rhaenyra. Al final del día, Daella y Helaena colocaron las capas de color blanco sobre los hombros de Ser Saeros y Ser Rheadon. Ambos incorporados a la guardia por orden del rey y volviéndose escudos jurados de ambas princesas.

Daella no se encontraba cómoda utilizando vestido, los lazos de este presionaban de manera incomoda su estómago y no ayudaba que ahora tuviera dolores por su periodo, por lo que opto por cambiarse a una vestimenta que había visto utilizar a la princesa Rhaenys anteriormente. Pantalones, una camisa olgada y botas con su cabello en una trenza.

𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄// 𝐉𝐀𝐂𝐀𝐄𝐑𝐘𝐒 𝐕𝐄𝐋𝐀𝐑𝐘𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora