𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄// 𝐉𝐀𝐂𝐀𝐄𝐑𝐘𝐒 𝐕𝐄𝐋𝐀𝐑𝐘𝐎𝐍

◇32◇

Un mensajero caminaba por los pasillos del castillo de los Arryn, el lugar no tenia mas ruido que el susurro de las antorchas que iluminaban el lugar. Al llegar frente a una imponente puerta de madera con un águila poderosa grabada en esta se detuvo. -Vengo a entregar un mensaje a la princesa Daella.- le anuncio al guardia que resguardaba dicha puerta, con un asentimiento lo dejo pasar.

Al entrar se encontro con las dos mujeres mas importantes del lugar, Daella estaba en un vestido de color azul claro, no parecía ser estorboso, en realidad se veía mas lijero de lo que era. Su cabello estaba sujeto en una trenza mientras ella estaba inclinada sobre lo que parecía ser un mapa. Lady Jeyne estaba recta con un traje oscuro y su cabello recogido mientras escuchaba a la menor con atención. -Mi abuelo no tiene suficientes dragones para plantarnos cara en estos momentos. - señalo lo que parecía ser Old Town. -Si algo llegara a pasarle a Aegon, aun tiene a mi otro hermano, sigue teniendo un hijo con sangre Targaryen para sentarlo en el trono. Nosotros tenemos mas de siete dragones con jinetes para cualquier ocasión pero...- se vio interrumpida por el mensajero.

-Lamento interrumpir su reunión, mis señoras.- se disculpo mientras Daella se enderezaba. El hombre saco de su bolso el mensaje y lo extendió. -Un mensaje de la Reina Rhaenyra para la princesa Daella.- En ese momento la joven por poco se lanza por ese mensaje, al tomarlo no tuvo cuidado en abrirlo y comenzar a leerlo en silencio.

-¿Ocurre algo, Daella?- en el tiempo en el que la princesa se había hospedado en el Valle, ella y Lady Jeyne formaron un vinculo especial. La mayor miraba con preocupación como los ojos de la princesa se llenaban de lagrimas, Daella bajo la carta y parpadeo un par de veces para ahuyentar las lagrimas y trato de respirar. -¿Daella?

-Mi hermano, el príncipe Aemond fue atacado y herido en Storms End.- Anuncio con voz seria. -La reina Rhaenyra ordeno que regresemos a Roca Dragon.- Miro a la mujer que se veía algo preocupada. -Debo ir a Winterfell a encontrarme con el príncipe Jacerys y volver con la reina de inmediato. -Lady Jeyne asintió y se giro para ver a una de las doncellas.

-Preparen todo lo necesario para el viaje de la princesa a Winterfell y háganlo pronto.- Con la afirmación de las doncellas la mayor miro a la de cabellos blancos y se acerco a ella. -Esta guerra esta empezando y estoy muy preocupada por ti.- coloco una mano en el vientre de la princesa quien solo suspiro.

-Estaremos bien. Entre mas pronto volvamos con Jace, mas pronto estaremos en la seguridad de nuestro hogar.- Le aseguro y la mayor asintió. -Debo ir a prepararme para ir con el príncipe de inmediato. Me asegurare de cumplir con mi parte del trato, enviare un dragón lo mas pronto posible para resguardar el valle.

Lady Jeyne asintió y tomo las manos de la peliblanca. -Daré la orden a mis tropas en cuanto partas hacia Winterfell.- Daella asintió y volvió a sus recamaras para comenzar a alistarse y salir lo mas pronto posible. De nuevo enfundada en sus ropas para montar, con un abrigo de piel que, le aseguraron las doncellas, la protegería del crudo frió de Winterfell  sobre sus hombros salio del castillo de la señora del valle y se encamino hasta donde se encontraba la imponente criatura de color blanco. 

-¿Lista para irnos, Hermosa?- le pregunto a Dearax acariciándola, solo para responder un bufido de parte del dragón. -Que los dioses nos protejan en nuestro camino.- susurro antes de montarse en Dearax y alzar vuelo. Los fríos aires del norte hacían que la peliblanca tuviera la nariz prácticamente congelada, pero no iba a detenerse hasta llegar al hogar de la familia Stark.

Tras un viaje de aproximadamente dos horas y media, los muros de Winterfell se hicieron presentes a su vista. -Hora de anunciar que llegamos.- tras esto de las fauces del terror blanco escapo un rugido agudo, similar al de Caraxes pero con un tono mas grave. En el castillo Jacaerys se levanto dejando la carta de su madre sobre la mesa.