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Daella Targaryen, la ultima hija de el rey Viserys, jinete de Dearax también conocida como "El terror blanco" segunda favorita de su padre y la menos favorita de la reina Alicent al tener un carácter demasiado parecido al de su media hermana mayor Rhaenyra. Daella era conocida como la Flor de fuego del reino; la jinete mas joven conocida al reclamar y montar a sus cortos seis años a su dragona.

Jacaerys Velaryon desde que puede recordar fue perseguido por la sombra de su nacimiento "Un bastardo" así se referían al que en algún momento llegaría a ser el rey de los siete reinos. Todos lo menos preciaban menos Daella. Su princesa de cabellos plateados y ojos morados, la joven con el corazón mas puro que el príncipe jamás ha conocido.

Daella justo como su hermana era una soñadora, pero ella tenia una ventaja. Sus sueños se presentaban de forma clara y si sumamos que ella poseía las habilidades manipuladoras de los Hightower, la joven princesa podía hacer que cien caballeros se cortaran la garganta por ella si se los pedía. Pero esas habilidades solo le sirvieron para evitar el fin de su familia y el terror que los acechaba.








Daella corría por los pasillos de la fortaleza roja para poder llegar a tiempo, su hermana mayor había entrado en labor hacia solo unas horas por lo que la pequeña princesa quería estar con ella para recibir a su nuevo sobrino. -Con permiso- dijo con su aguda voz mientras sujetaba su vestido el cual su madre la había forzado a utilizar.

-Princesa- escuchaba y veía algunas reverencias torpes que los que se encontraban a su alrededor le proporcionaban. Cuando por fin logro llegar a los aposentos de su hermana se encontro con Rhaenyra quejándose. -Rhaenyra- la llamo al entrar, la mujer la miro y le proporciono una sonrisa.

-Ella ¿que haces aquí?- le pregunto para despues pujar -Creía que estabas con tu septa- le dijo respirando agitadamente.

-La septa esta ocupada llorando.- le resto importancia para acercarse a tomar un paño húmedo y limpiar la frente de su hermana mayor.

-¿Hiciste...- soltó un bufido para volver a hablar. -¿Hiciste llorar a otra septa?- Daella limpiaba su frente con delicadeza mientras rodaba los ojos.

-No es mi culpa que sea tan sensible- esto provoco una risa cansada en la princesa, pronto con un poco mas de esfuerzo el nuevo hijo de la princesa nació, Daella se asomo y sonrió- Es un varón, Rhae- le dijo con una sonrisa mientras le extendían su nuevo hijo a la futura reina. -Bueno, mi madre se encargara de no dejarme ver a Dearax de nuevo si se entera que la Septa esta llorando. Felicidades, hermana.- le dijo con una sonrisa dejando un rápido beso en su cien para salir de la habitación.

Rhaenyra sonrió y se pregunto ¿que fue lo que paso en todos estos años? ¿Por que la única relacion saludable que mantenía con alguno de sus medios hermanos era esa? En ese momento, sosteniendo a su recién nacido en brazos decidió comenzar a cambiar el rumbo de su casa para bien.

Daella se encontraba leyendo su libro de manera aburrida mientras tarareaba una canción en alto Valyrio que Rhaenyra le mostro cuando era pequeña, sus hermanos se encontraban en la fosa de dragones mientras que Helaena se encontraba con sus insectos. La mayoría de la gente consideraba a la princesa como alguien rara, sin amigos y diferente a las demás niñas de su edad, pero Daella la comprendía y sabia que su hermana lidiaba con sus sueños a su manera de la misma forma en que lo hacia ella.

La puerta se abrió dejando ver a la reina -Hiciste llorar a la septa de nuevo- la princesa mantuvo la calma sin apartar la vista del libro mientras su madre se colocaba frente a ella con molestia en su voz, Daella torció los labios.

-¿Sabias que la espada de el tío Daemon, hermana oscura, era la espada de Visenya Targaryen? y Vhagar, la dragona de Laena también era de ella, ayudaron ambas en la conquista - le dijo sin responder a su pregunta, Alicent soltó el aire en sus pulmones frotando su frente.

𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄// 𝐉𝐀𝐂𝐀𝐄𝐑𝐘𝐒 𝐕𝐄𝐋𝐀𝐑𝐘𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora