prologo.

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Cuando dos corazones están destinados a cruzarse, la vida hace lo imposible para que así sea.

Moviendo fichas a favor de uno u otro. Generando accidentes. Deshaciendo vínculos. Rompiendo relaciones y formando otras.

Incluso separando los corazones destinados para preservarlos, y volver a unirlos cuando sea necesario.

Así comenzó su historia. Destinados a cruzarse y luego separarse porque la vida así lo había querido. Y ninguno había puesto objeciones.

Se querían, pero para querer bien a alguien, primero hay que quererse uno. Y ambos dos sabían que les faltaba mucho amor propio. Y eso los llevaba a cometer errores, o herir sin intención al otro.

Juan Pablo y Olivia eran almas gemelas, esas que se complementan uno al otro. Pero eran un desastre individualmente y no podían crecer juntos, si antes no lo hacían por sí solos.

Se habían conocido durante el ingreso a la universidad. Ambos habían escogido ingeniería. Él industrial, y ella Civil.

Se habían hecho amigos el primer día cuando habían cruzado miradas. Ella estaba sentada sola, y él en busca de un asiento libre la vio. Se sonrieron y eso basto para que al final del día intercambiarán sus números.

Habían formado grupo cada vez que algún profesor lo pedía. Se entendían con la mirada. Reían sin que el resto entienda de qué porque tenían sus chistes internos. Se apoyaban mutuamente cuando el otro decaia.

Sus familias conocían al otro, los habían aceptado como otro hijo e hija más.
Su novia la conocía y se caían bien.

Luego de las vacaciones invernales, todo había cambiado. Juan Pablo había roto con su novia, y pasaba todo los días en casa de Olivia estudiando y buscando refugio para no ocuparse de sus sentimientos.

Ella como buena mejor amiga lo escuchaba horas y horas hablar de su ex relación, lo aconsejaba y consolaba cuando lo vea mal.

Buscaba excusas para sacarlo a rumbear y que pueda distraerse. Obligaba a sus amigos del colegio a que pasen tiempo con ellos dos. Aunque poco se conocían, el complot por sacarlo adelante de su agonía amorosa, los había terminado de volver grande amigos.

Fue justo en el cumpleaños 19 de Olivia el 20 de agosto, cuando con más de 5 cervezas y 3 shots, ella le confesó que odiaba verlo llorar por alguien que no merecía. "Estas tan cegado en algo que ya no va, que ni siquiera notas todo lo que siento por ti" le dijo antes de empomarle un beso e irse.

Juan Pablo, que estaba mucho más sobrio que ella, nunca dijo nada. Y ella tampoco. Juro que ambos estaban tan ebrios que él ni siquiera recordaba aquella confesión. Pero sí lo hacía.

Hacía fines del segundo semestre la peor noticia para ambos había llegado. Olivia se iba a vivir a Estados Unidos.
Su padre había conseguido un mejor trabajo allí, y eso les daría una mejor calidad de vida. Sus padres podrían pagarle una Universidad Ivy lo que realmente era una gran ventaja en sus estudios, y serían grandes pasos para cumplir su sueño.

Pero su corazón estaba dividido entre ir a cumplir sus sueños a USA en una de las mejores universidades del mundo, o quedarse en Colombia junto a Juan Pablo, y sus amigos.

Estuvo a punto de quedarse cuando en otra noche más de alcohol, él le había dicho que la quería, y la había besado. Pero luego, en menos de una hora, lo había visto besarse con su ex.

Su relación de amistad se había roto cuando el la había besado, pero se había terminado por destruir cuando vio aquel beso.

Estuvieron dos semanas sin hablarse. El la buscaba, pero ella lo evitaba y esquivaba cada vez que podía.
Enviaba a sus amigos a que le saquen información para saber de ella.

"Se que te envía Villa. Por favor dile que deje de insistir, que cuando me sienta bien yo me acercare" le había dicho a Isaza para que se lo comunique.

Cinco días antes de mudarse a Estados Unidos, le envió un mensaje para que se encontrasen en su café favorito.

Le agradeció por el año increíble que había vivido gracias a él, y por haberse sentado junto a ella el primer día, porque sabía que si el no le hablaba hubiera estado sola durante toda la U.
Le confesó que aunque le haya roto el corazón, no guardaba rencor y que le iba a guardar un lugar en sus corazón por siempre, porque también gracias a él había conocido a grandes amigos.

"Te prometo que iré a visitarte" le había dicho Juan Pablo. Pero ella sabía que eso no iba a suceder. El había comenzado un proyecto musical con sus amigos, que le demandaba mucho tiempo, sumado a la U y su intento por reconquistar a su ex novia. Ella sabía que quedaría en el olvido.
"No prometas cosas que no puedes cumplir... Nuestra amistad será solo nacional, vivirá en Colombia solamente. Sigue metiendole garra a Malta y no descuides la facultad, qué quién te dice que quizás nos crucemos alguna vez como ingenieros"

Se despidieron ese día, y nunca volvieron a  escribirse. Ni a verse.

VEREMOS - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora