guerra.

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Las guerras siempre son innecesarias. Nunca hay un beneficiario en ella. Ningún frente de batalla se lleva una victoria, aún ganándola.

Las pérdidas son ampliamente más significativas que la victoria final. Porque al fin y al cabo, las heridas que quedan valen más que una victoria insípida.

¿A que costo ganar la guerra? Si quedas desarmado, herido, ultrajado y muchas veces, sólo.

Olivia había retrocedido en todos sus años de madurez, y había comenzado una guerra. Donde probablemente saldría perdiendo.

-¿Vendrás a almorzar mañana con nosotras?- pregunto Paula del otro lado del telefono.

-Lo más probable es que si, depende como termine la noche hoy- respondió mientras peinaba su cabello mojado.

-¿Rumba con Tebi?.

-Y con los Morat, en 4 días se van a continuar su gira, vamos a festejar por el show de ayer.

-Uy uy, e irá Villamil- su voz sono coqueta.

-Si ajá, es parte de la banda- respondió desinteresada.

-¿Y ahora qué? Hace una semana no había momento que no lo nombraras y tuvieras cara de estúpida al hablar de él. Te gusta.

-Claro no, somos muy amigos, es eso. Solo estoy feliz de recobrar su amistad- se mentía a sí misma.

-Si tu lo dices... te esperamos mañana.

-Te quiero, salúdame a la sobri- se despidió.

Camino hasta su armario y eligió un body de invierno negro, con cuello tortuga. Una minifalda de brillos y bucaneros negros.
Seco su pelo, le realizo ondas leves y se maquillo.

Se sentía envalentonada. Quería comerse el mundo. Quería arrasar.

Sus sentimientos no eran claros, y hacia que sus pensamientos no se encuentren ordenados.

-Door- recibió un mensaje de Esteban.

Roció sobre su cuerpo su perfume favorito y tomó sus cosas.

-Guapa- dijo Esteban imitando el acento español, cuando Olivia subía al carro.

-Hola Tebi- lo saludo.

-Larga ya mismo todo- el auto comenzó andar.

-¿Qué?- lo miro confundida.

-Te has puesto los bucaneros y minifalda. Estas entusada- la miro rápidamente.

-No lo estoy- dijo algo alterada- solo decidí que iba a darlo todo hoy- sonrió con malicia.

-Significa que esta noche no tendré que tomar para que podamos volver a casa sanos- rodó los ojos.

Se turnaban las borracheras. El que bebebia no manejaba, por eso salían con un solo auto. A la siguiente salida, el que se había emborrachado anteriormente no podía beber para ser conductor designado.

-Me debes una luego de esta, serán dos salidas seguidas teniendo que conducir- dijo apagando el carro.

-Adoras que me empede- lo tomo del brazo.

-Porque eres menos rompe huevo- rió.

Ingresaron al bar acordado en busca de los amigos de Olivia. Esteban los conocía solo por ser famosos, pero no se habían cruzado nunca, ni siquiera el día que tuvieron la reunión en la empresa.

Esteban noto que la actitud de Olivia cambió de un segundo a otro. La vio más enérgica, e incluso petulante.
La vista de su amiga estaba clavada en una mesa a mitad del bar. Allí se encontraban cuatro chicos y tres chicas.

VEREMOS - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora