Y con las brisas del tiempo pasando, tantas parejas con o sin conflictos no pudieron soltarse de sus deberes y trabajos. Sin embargo faltaba un mes por ese mes brillante; diciembre.
Saga por su parte fumaba en el balcón de su departamento mirando ese país, Dinamarca. ¿Por qué las cosas tenían que complicarse a tal modo? No es como si él hubiese planeado engañar a Aioros sin embargo aun resonaban como dolorosas puñaladas las palabras y acciones de su querido Aioros.
Ese día, luego de que Saga salió del cuarto en el que había estado con el chico tibatano, salía corriendo en la búsqueda de su novio quien estaba rumbo a montarse en su auto mientras Aioria le gritaba que se tranquilizara. El geminiano logro agarrarlo del brazo pero le salió mal porque el otro se zafo rudamente mientras sus ojos eran de rabia y decepción.
-Aioros, escúchame atentamente, no paso absolutamente nada- Saga estaba desesperado.
-Encima me mientes ¡El chico no podía dar ni dos pasos! ¡Se lo hiciste y todavía tienes la gran voluntad de decirme que no!- Gritaba para ver si así el dolor en su pecho se difuminaba.
-¡Eres mi novio! Ya basta, solo tratemos de hablar- Saga se llevo las manos a la cabeza, estaba muy confundido.
Justo Saga le dio una calada a su cigarro y vio la ceniza. Paso a la sala para tomar el control y encender la televisión sin embargo recordó que Aioros arranco en su auto dorado ese día dejándole sin decirle nada más. El día siguiente Saga fue a la casa de Aioros y lo espero afuera mientras le enviaba mil mensajes. Sus ojos se agrandaron cuando Aioros salió dirigiéndose a él.
-Eres mi novio, todavía- Hablo lentamente el castaño oscuro con suéter gris algo largo.
-Tienes todo el control sobre mí-
-Falta poco... Saga, mañana ven a recogerme para ir a clases como siempre-
Saga estiro su mano para atrapar a su amante pero solo recibió un rechazo.
-Mañana. Ahora no quiero que me toques y te equivoques de persona-
Sabía que se estaba refiriendo al de cabellos malva.
En una elegante casa con candelabros de bronce en el techo y muebles estilo victoriano se encontraba un Aioros sumido en sus pensamientos frente a un libro de derechos humanos sin leerlo.
-Saga- Susurro imperceptible a la nada.
-Ten- Un muchacho con menos edad le daba una taza blanca de té humeante.
Este personaje se llevaba el cabello lacio y castaño trigo hacia atrás mirando atentamente al sagitariano.
-Gracias-
-Al fin soy de tu interés y puedo ayudarte- Expresó el siciliano tomando la mejilla de Aioros para que lo viera, este le sonrió y se acercó para darle un corto beso.
Aioros, el castaño extrañaba a Saga pero ya había tomado una decisión y no iba a ceder, termino con él justamente en el inicio de noviembre. Su compromiso era cierto... el rompimiento traía el paquete completo ya que no se verían más porque hizo equivalencias para comenzar a estudiar en una nueva universidad en Sicilia mientras ya estaba comprometido con el joven Cliff Okentos, el hijo de un adinerado jeque que podría ayudar a su tío en unos problemas serios en el que estaba envuelto.
Cliff había conocido al sagitariano cuando solo tenía nueve años ya que sus padres trabajaban en un proyecto. En ese tiempo el joven había quedado prendado con Aioros y aunque al pasar de los años se veían por ocasiones nunca hubo un lazo fuerte entre ellos como el que quería Cliff sin embargo llego una oportunidad, sacar a su tío de un problema financiero y legal a costas de su influencia como único apoderado de su padre quien resultaba ser un jeque con mucho poder.
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Caballeros Pesados •BL & Mpreg•
FanficADVERTENCIA +18 ADVERTENCIA BL La Unimet Gold, es una universidad con dos décadas de alto prestigio y donde solo la élite puede entrar a excepción de los cincuenta programas de becas. Además de contar con educadores a la altura, la institución est...