01. Capítulo dos

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LA VISITA REAL

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LA VISITA REAL

Advertencias: Tensión sexual, conversaciones subidas de tono.

Número de palabras: 6000 palabras


Runestone, The Vale

98 D.c

Tres dìas después del envío de la carta

Bordaba suavemente el borde de una de sus capas nuevas, con el debido cuidado para no pincharse sus dedos. Cuando su madre envió aquellas cartas, Seraphine no espero ver que la propuesta hubiera sido bien recibida. El príncipe Baelon y la Reina Alysanne habían aceptado las uniones enviando la respuesta la mañana siguiente. Y, además de la respuesta, el príncipe Daemon le había mandado telas de diversos tonos de rojo, vestidos, capas y algunas joyas de alta gama.

A la joven muchacha le encantaron los regalos, enviando una carta de agradecimiento a su futuro esposo. 

—Esas esquinas son una maravilla, princesa Allaena —alabó la septa Deena a su amiga. Sonrió cuando escuchó la risilla risueña de la pelinegra—. Le recomiendo utilizar un tono más oscuro para los bordes. Resaltará la figura.

Seraphine observo el bordado que su amiga realizaba. Era una mariposa de color azul con pequeñas pintitas blancas. Los bordes del insecto eran de color gris, por lo que le dio la razón a la septa. Si colocaba un tono más oscuro a los bordes, la mariposa se notaría más y se vería mucho más bonita.

– Sí, hazlo Aena. Resaltará más el blanco del azul y será más llamativa –comentó, sonriendo al ver como los ojos de su amiga brillaban y asentía.

Tomó la cuchilla que se hallaba en la mesilla, cortando el hilo de la lana que le sobraba. Había terminado su figura, una flor turquesa con sus raíces verdes. Le gustaba ese color, no tan solo por la tranquilidad que le brindaba, sino porque el cielo era de ese color.

A su lado, Gareth bordaba insectos en una tela blanca. No era extraño ver al joven Tyrell bordar, después de todo, había sido su progenitora quien le enseñó desde pequeño y el joven quedo encantado. Aunque no se ignoraría que Gareth Tyrell era un excelente espadachín. Gracias al delicado trabajo que hacía con el bordado, sus movimientos y formas de agarrar la espada, eran delicados y afeminados, pero letales ante los enemigos.

—Otra insecto más, deberías cambiar de figura. —Allaena chasqueó la lengua—. Septa Deena, ¿No cree que ya es suficiente por hoy? Ya estudiamos, conversamos acerca de lo que leímos y ahora terminamos nuestros bordados, ¿No cree que nos merecemos una cabalgata por las montañas?

La septa miró a los tres jóvenes, quienes la observaban con sus ojos brillosos esperando una respuesta. Quería mucho a esos niños, le alegraban el día, aunque a veces se escaparan de sus enseñanzas. Pero los quería y nada la haría cambiar de parecer.

𝐈 𝐖𝐚𝐧𝐧𝐚 𝐁𝐞 𝐘𝐨𝐮𝐫𝐬¹ (𝐃𝐚𝐞𝐦𝐨𝐧 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora