— — Acto uno, capitulo siete: Su majestad, el Rey Jaehaerys I
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Cantidad de palabras: 1120
Advertencias: Nerviosismo.
Maratón: 1/5
Comentarios míos: ¡Va a conocer a Jaehaerys! ¡AAAAAAAAAAH! Disfruten, comenten y voten 😘
King's Landing
Red Keep
98 d.C
El viaje desde Pozo Dragón a la Fortaleza Roja, se le hizo una eternidad a Seraphine. Iba a caballo junto al príncipe Daemon, aferrada a los brazos del príncipe que sostenían las cuerdas del caballo con una fuerza más ligera que cuando estaban sobre Caraxes. Al menos, ese día, había decidido tener el cabello trenzado durante el viaje, de lo contrario, ya estaría completamente despeinada y la gente pensaría de manera equivoca.
El movimiento en la ciudad de King's Landing fue interesante de observar, la gente caminaba de un lado a otro, los mercaderes vendían sus productos, los niños jugaban con otros niños cerca de una fuente. Sonrió cuando una niña le saludo, abriendo su boca de asombro al ver que iba con el príncipe Daemon. Debía ser una sorpresa enorme que el príncipe se fuera de viaje y regresara con una jovencita aferrada a sus brazos en un caballo.
La Fortaleza Roja se hizo presente frente a sus ojos y ella solo pudo suspirar nerviosa. No se sentía preparada para enfrentarse al Rey Jaehaerys I. Daemon le había dicho que estuviera tranquila porque el rey no le diría nada en su contra, pero eso no evitaba que la corte hablara como deseara, inventando rumores que podían pasar de boca en boca hasta provocar que su futuro matrimonio no se ejecutara. Ahora era cuando debía de mantenerse alejada del príncipe hasta que los siete días de celebraciones comenzaran.
Y estar alejados le sería bastante complicado, porque ya estaba extrañando el besarlo.
— ¿Nerviosa? —La voz ronca del príncipe atravesó su tímpano llegando a los interiores más recónditos de su cuerpo, que generaron millones de sensaciones placenteras. Sus mejillas calentaron y su cuello se erizo—. Tranquila, puede parecer un viejo cascarrabias pero es buena persona. Te adorara apenas le hables con aquella voz tan delicada que posees.
Seraphine deseaba tener un escondite allí en la fortaleza Roja, porque el tiempo de espera al matrimonio sería difícil de aguantar. Las manos de Daemon en sus caderas y su fuerte pecho apretándose contra su espalda, hacían que las sensaciones fueran intensas en su vientre bajo.
