Capítulo 11 - Por favor, recuérdame.

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—No puedo creer lo que estoy viendo —sentenció Umji con la mirada puesta en Eunha, quien a lo lejos se veía que le estaba entregando unas costosas flores a Sowon en frente de toda la escuela.

Sowon tomó las flores y las despedazó para después arrojárselas a la cara.

El descanso acabó y los pasillos se convirtieron en una horda de alumnos que regresaban a sus respectivos salones mientras cuchicheaban sobre lo acontecido, destacando lo romántica que era Eunha y maldiciendo a Sowon por rechazarla.

—Que mal. Parece que tu chica es algo difícil de conquistar —comentó Yuju descansando su brazo sobre el hombro de la abatida pelirosa.

—Cuando creí que la vida no podía ser más rara... —comentó Umji incómoda.

Eunha había estado toda la semana siguiendo una lista de tácticas de conquista para aplicarlas en Sowon y ver si así, aunque sea, lograba hacer que le vuelva a agradar. La lista estaba en el bolsillo de su uniforme, era la que con tanto esmero había ideado en el pasado para ayudar a Sowon. Eunha se alegró muchísimo de haber hecho algo bien estando allá, aunque en el presente no estaban teniendo un efecto inmediato.

—¡Wow! Unnie, esos bombones son muy caros —exclamó Umji— ¿Estás segura de que quieres seguir con esta misión? Te vas a quedar en bancarrota y, a juzgar por el malhumor de Sowon, con un ojo morado también.

Fueron a una chocolatería luego de salir de clases, y la pareja se sorprendió cuando vio a la pelirosa elegir una costosa y muy vistosa caja de bombones para regalarle a Sowon.

—No todo se va a tratar de comprarle obsequios, sólo quiero que me perdone y vuelva a hablarme. Maldición, nunca tuve que hacer esto, no sé cómo conquistar a alguien, así que les voy a pedir que me den su apoyo y no se burlen, si no es mucho pedir.

—A ver, dame esa lista... —pidió la alta, a lo que la pelirosa se la entregó, y entonces comenzó a leerla— La mayoría de las cosas ya las hiciste y no funcionaron. Sólo queda lo de los chocolates y... ¿Por qué ésta última está tachada?

—Porque no funcionará, aparte no haré eso, es muy...

—¿Raro? A Sowon le gusta lo raro.

—Iba a decir incómodo, Choi.

—Hagamos algo, si lo de los chocolates no funciona, úsalo como último recurso. No tienes nada que perder.

Un rato después se animó a seguir con su plan.

—Ten, son para ti, ¿ya me quieres?

Eunha le extendió la caja de bombones a Sowon. La interceptó a la salida del colegio para asegurarse de que no hubiera tanto público, ya que Yuju estaba segura de que eso era lo que ponía tan a la defensiva a la mayor. No podían pasar por alto que, aunque se mostrara agresiva, seguía siendo una chica tímida. Sin embargo, y por precaución, sus amigas se encontraban vigilándolas a lo lejos, en caso de que Sowon reaccionara mal y deban intervenir.

Sowon se mostró inexpresiva.

—Escucha, si estás tratando de burlarte de mí y provocarme para que vuelvan a suspenderme...

—Juro que esa no era mi intención, pero de todas formas lo siento. Sólo quiero hablar contigo, es todo. ¿Puedes darme, aunque sea una oportunidad?

—¡Claro! Ahora sí quieres hablar conmigo —contestó sarcástica— te recuerdo que cuando yo quería hablar contigo, tú nunca me diste oportunidad, así que ahora haré lo mismo contigo.

De pronto, Eunha volteó a ver a Yuju y ésta le hizo una seña. La pelirosa bajó el rostro y se puso colorada, completamente avergonzada, y habló a regañadientes.

El tiempo en que te conocí (Wonha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora