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Pete POV

Mantengo la mirada fija en las maletas y en silencio las voy arrastrando fuera. El tiempo pasó increíblemente rápido y en ese corto tiempo pasaron muchas... cosas. Quizás en alguna parte de mí sabía que algo así podía llegar a suceder pero está más que claro que fue vivirlo fue mil veces más intenso que simplemente imaginarlo.

Muerdo mi lengua y ladeo mi boca mientras revuelvo mi cabello pensando en qué podría faltar. No... parece que no me falta nada más, todo ya lo tengo bien guardado. Cierro la enorme mochila y me la cuelgo al hombro antes de salir y bajar las escaleras hacia la planta baja. Vegas se encuentra ya allí pero no se digna a verme. Claro, el moretón cerca de la nariz me deja más que claro el por qué no quiere verme.

¡Pero lo tenía bien merecido! Y pese a que no me dirigió la palabra sé que no falta mucho antes de que yo pague. ¿Pero qué importa? Esperaré lo que sea que venga, al menos yo ya hice algo y no me quedé cruzado de brazos. No sé qué es lo que pasa conmigo ya que yo no tiendo a ser así pero con alguien como Vegas a tu lado, está claro que las cosas no son para nada sencilla, por no decir desastrosas.

- ¿Ya es todo chicos? - Pregunta la señora Theeranpanyakul. - Bien, bajaremos a comer algo antes de dirigirnos al aeropuerto. ¿Ya le avisaste a tu madre?

- Lo acabo de hacer. - Asiento antes de sonreír. - Tomaré un taxi.

- ¿No quieres que te llevemos? - Pregunta la señora Theeranpanyakul.

- Creo que Pete se las puede arreglar perfectamente solo para regresar a casa. - Interviene Vegas con una falsa sonrisa.

La señora Theeranpanyakul lo observa antes de verme a mí, me limito a sonreír y levantar ambos hombros.

- Estaré bien, no se preocupe. - Sonrío lo mejor que puedo para tranquilizarla. - El taxi del aeropuerto es seguro.

- ¿A dónde iremos a comer? - Pregunta Vegas para cambiar de tema.

- ¿Se les antoja hamburguesas? - Pregunta la señora Theeranpanyakul cerrando la cajuela. - Nos queda de paso.

- Claro. - Asiento otra vez. - Muy amable de su parte.

La señora Theeranpanyakul no me contesta pero sonríe como puede. Ella sube al coche y Vegas sube con ella, instalándose claro en el asiento del copiloto. Yo me subo en la parte trasera detrás de la madre de Vegas y cruzo mis brazos sobre mi pecho viendo por la ventana. Ya quiero irme, esto es demasiado para mí.

El coche arranca y la señora Theeranpanyakul pone la radio para aligerar un poco el ambiente. Saco los audífonos de mi mochila y me coloca uno mientras desbloqueo mi teléfono e ingreso a mis redes sociales. Alzo una ceja al ver una solicitud de amistad en el Facebook que nunca uso. Ingreso y abro mis ojos divertido antes de sonreír.

"¡[Tu Daddy Big] te ha mandado una solicitud de amistad! "

Inevitablemente río sin poder creerlo y acepto. Levanto la mirada y me percato que Vegas me está viendo a través del retrovisor pero apenas nuestras miradas cruzan él la desvía y se coloca sus audífonos. Yo regreso la vista a mi teléfono y después de aceptar a Big y su extraño apodo regreso la vista al frente para perderme en el paisaje.

Un par de minutos después ya nos encontramos en la gran ciudad y en medio del tráfico. Avanzamos por la gran Diana y pasamos la glorieta hacia una avenida llena de restaurantes y estacionamientos. La señora Theeranpanyakul se detiene en el estacionamiento de una plaza e ingresa para estacionarse en el piso B. Abre la puerta y sale, nosotros la seguimos al instante.

Eres mi mascota....VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora