63

654 86 12
                                    


Vegas POV

Me encuentro en completo silencio acostado en la cama. No hay sonido alguno más que mi suave respiración.

Pasan un par de minutos donde me mantengo en la misma posición hasta que  agarro el cuchillo de Ia mesa de noche junto a mí. Observo el filo brillar frente a mí no puedo evitar jugar un poco con él sintiendo su frialdad en la yema de mis dedos. Me siento en La cama y mantengo mis piernas abiertas ladeando mi cabeza y observando aquel filo brillar con más intensidad.

Doy vuelta con él en mis dedos repetidas veces hasta que se desliza provocando una abertura en mis dedos. No suelto ningún jadeo de dolor, de hecho apenas muevo un músculo de mi cara. Observo simplemente Ia sangre brotar de Ia herida deliciosamente, comenzar a deslizarse por mi piel, una gruesa gota que se sigue deslizando dejando un camino rojo en Ia palma de mi mano.

La gota cae después al suelo y otras comienzan brotar. Succiono Ia sangre que brota y vuelvo a dejarme caer en Ia cama con los ojos cerrados. Trato de regularizar mi respiración que es más pesada e irregular. Algo agrio va subiendo por mi garganta y una repentina rabia me azota el cuerpo. Tiemblo y muerdo mi dedo en un intento de mantenerme tranquilo pero es imposible.

Tocan a mi puerta.

¿Qué mierda quiere ahora?

Me levanto soltando humo por todos lados y abro Ia puerta bruscamente. Observo a Porsche y ahora mismo me encantaría agarrar su lindo cuello y abrirlo con et lindo cuchillo que está en el suelo de mi habitación. Sin embargo algo me preocupa y es que no tiene esa expresión coqueta y divertida. No. Está serio y callado.

Muy serio.

— Los encontraron. — Susurra sin quitarme La dura vista de encima.

Siento que todo se detiene. Dejo de succionar Ia sangre y abro un poco mi boca. Mi ceño se va frunciendo poco a poco. ¿Los encontraron? No puede ser... Mi cuerpo se endurece por completo y siento un nudo formarse en mi garganta que se vuelve más difícil de deshacer conforme pasan los pequeños segundos.

— ¿Qué? — Pregunto incrédulo.

— Tawan te busca. — Me extiende el teléfono.

Lo tomo rápidamente y le cierro Ia puerta en Ia cara. Me acerco con el teléfono pegado a mi oreja a Ia ventana y observo Ia ciudad a través de ella. Mi corazón late con fuerza y mis nudillos se tornan blancos debido a Ia fuerza con Ia que aprieto mis puños y quijada. Escucho a Tawan suspirar del otro lado.

— ¿Porsche? — Pregunta él.

— ¿Cómo mierda...? — Mi voz tiembla. — T- tienes c-cinco segundos...

— Primero tranquilízate. — Dice Tawan suavemente.

— Por favor.

Respiro profundo tratando de calmar el repentino calor explosivo e impulsivo en mi cuerpo. Quiero romper todas Ias ventanas y gritar hasta quedar sin voz pero me obligo a calmarme y mantenerme estable. ¡Por una mierda! ¿Qué me sucede? ¡Ya basta!

— ¿Qué pasó? — Pregunto con un tono mucho más tranquilo a comparación del anterior.

— Los encontramos. — Dice — Encontramos después de casi dos años Ia ubicación casi exacta de Kinn y Pete.

Mi respiración comienza a fallar y mi garganta se seca por completo. Voy apretando cada vez más, comienzo a preguntarme si es posible que lo rompa.

— ¿Y bien? — Pregunto fríamente.

— Están en Nueva York, sí, me confirman, en el noreste. Kinn tomó ayer un vuelo a Florida, trabaja en una empresa, desconocemos cuál tenemos sospechas de que...

Eres mi mascota....VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora