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Pete POV

Abro los ojos con el corazón latiéndome como loco en el pecho. Trato de regularizar mi respiración viendo la hora; son casi las diez de la mañana.

Aviento las sábanas fuera de mi cuerpo para levantarme y respirar tranquilamente. Cierro los ojos unos segundos y respiro profundo antes de dirigirme al baño para lavarme la cara. Una vez limpio y fresco suelto un suspiro de alivio. Después salgo encontrándome a mi madre con un café y su computadora abierta.

— Buenos días. — Ella sonríe dulcemente. — ¿Dormiste bien?

— Sí. — Contesto dirigiéndome al refrigerador para buscar algo de leche para beber.

— ¿Tú?

— Bien, cielo, gracias. — Mi madre sonríe. — ¿Ya comenzaste a preparar maletas para irte con Vegas y su madre?

— Oh, sí, estoy en eso. — Miento mientras destapo la leche y me llevo a la boca.

— ¡Pete! — Me regaña mi madre. — ¡No hagas eso, es de mala educación! ¡Agarra un vaso y sírvete como una persona normal, pareces animal!

Le doy un último trago al envase antes de retirarlo de mis labios. Ruedo los ojos y me volteo para guardarlo, de todos modos ya me he saciado.

— Cuando tengas novia más te vale no hacer eso. — Mi madre me observa alzando ambas cejas. — ¿Dónde han quedado tus modales?

— ¿Novia? — Repito.

— Cuando la tengas, deberás ser muy educado. Ya te lo he dicho. — Contesta ella dándole un trago a su café.

De acuerdo, ¿cómo te explico querida madre que yo no la meto, pero a mí sí me la meten?

¿Realmente acabo de pensar en eso?

— Claro. — Contesto sin importancia. — Lo lamento, no lo volveré a hacer.

— Gracias.

Vuelvo a husmear el refrigerador pero no hay nada que me apetezca. Lo cierro y me dirijo a la barra para coger unas barritas nutritivas que llevo a mi boca. Saco mi teléfono para checar los mensajes que tengo. La mayoría son del grupo de la clase, otros de Porsche y otros de mi madre. Ninguno de Vegas.

— ¿Pete? — Llama mi madre, inmediatamente volteo a verla. — Saldré a cenar, estará ahí una nueva familia que se mudó acá. Su hijo creo que es de tu edad y entrará a tu instituto.

¿Gustas acompañarme?

— Claro, no tengo planeado para hoy. — Alzo mis hombros.

— Perfecto, vístete y ponte guapo. Salimos de aquí a la una.

Asiento y sigo en mi teléfono, entrando a los chats y leyendo los mensajes que me mandaron. Acto seguido lo dejo en la cocina y me retiro al baño para darme una buena ducha. Las horas pasan con extrema rapidez y cuando menos me lo espero ya estoy en el coche con ella.

— No te peinaste. — Ella pasa su mano por mi cabello revolviéndolo un poco.

— Nunca lo hago, deja mi cabello. Se ve bonito así. — Reclamo sacudiéndome y provocando que los mechones caigan nuevamente sobre mi rostro.

Ella suspira y sigue manejando. Unos minutos después llegamos a una calle privada y nos metemos al estacionamiento de unos grandes edificios gemelos. Abro la boca sorprendido y pensando en que esa familia y los vecinos tienen mucho dinero.

Una vez que nos estacionamos nos dirigimos a un elevador de cristal y mi madre pulsa el veinteavo piso, trago duro al ver la cantidad de pisos que hay.

— ¿Recuerdas a Nattie? — Pregunta ella. — La invitaba a comer algunas veces a la casa con su madre. Te lleva un par de años, ya está acabando la Universidad.

Eres mi mascota....VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora