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Últimamente he sentido a Jacob muy extraño, casi no me habla y cuando lo hace está muy disperso. Es como si sé culpara de algo.
Pero, ¿de que sentiría culpa?
-Enserio Aurora, ya no sé qué hacer-dije con el celular pegado a mi oreja.
Estaba hablando por teléfono con mi amiga para que pudiera orientarme a entender a mi lobo complicado.
—Quizás solo esta distraído con lo de la manada, cuidar de Bella y la reserva, debe ser complicado. Yo casi no he podido de ver a Embry.
Suspiré.
—Si quizás sea eso,debo de estar exagerando.
—¿Por qué no vienes a comer a casa de Emily?, no tienes porque estar sola.
—¿No estorbare?
—¡Ay tonta claro que no! Ya ven, Emily hará tacos y los chicos se vuelven locos con ello.
De tan solo pensar en tacos me dio hambre, amaba los tacos, eran de mi comida favorita, sobre todo cuando eran crujientes.
—Brady iré donde Emily, hay comida en la cocina, solo calientala—avisé tocando la puerta de mi hermano pero no obtuve respuesta.
Encendí mi auto para dirigirme donde Emily, entré con cuidado por el camino de tierra. Su casa estaba dentro del bosque, lejos de vistas humanas. Así cuando Paul perdiera el control el secreto no se vería en peligro.
En cuanto baje del auto, el olor a tacos llegó a mis fosas nasales, además el bullicio que había adentro por parte de la manada.
<<No sé cómo Emily aguanta a tantos chicos>>
—Hola—saludé con algo de timidez entrando a la casa
—¡JAS!—saludaron Emily y Aurora mientras venían a abrazarme.—Que bueno que estas aquí, necesitamos ayuda.—suplicaron vieron a tanto lobo ansioso.
—¿Todo es por los tacos?—pregunté divertida y ellas asintieron
—Incluso han llegado Leah, Seth,Maya y Collin—me dijo Aury apuntando a los más nuevos de la manada, que normalmente han sido alejados de nosotras estas dos semanas por temor a que no se controlarán.
—Hola Collin.—saludé al chico de cabello pelinegro que hablaba animadamente con Seth y Maya
—¿Jas?.—preguntó sorprendido al verme allí. —¿Qué haces aquí?, ¿tú también eres parte de la manada?.
—Yo...uhm..algo así. —dije pero el chico me miró en señal de no entender y curiosidad. —Soy una impronta.
