Matrimonio. [Luckity.]

Six.

[Inaudito.]

Para proteger la monarquía, concisos debemos ser.

Los modales del príncipe extasiaron a Quackity, Luzu estaba siendo demasiado caballeroso con él que, sin querer, se estaba haciendo ideas equivocadas.
Suspiró entrañable, ver que el príncipe mostraba tanto interés hacia su persona hacia a su Omega chillar de la emoción, Luzu nunca le prestó tanta atención como en esos momentos, la mayor parte de su vida los vivió siendo una sombra de su hermano mayor y ciertamente, no le molestaba, no le molestaba en absoluto que Alexby fuera el Duque heredero de la casa blanca, si bien, todos los bienes y la mayor parte de los negocios quedarían al cargo de su hermano mayor, él obtendría por derecho una pequeña parte de todo aquello, nunca fue su intención competir contra Alejandro cuando se trataba de la herencia familiar, sin embargo, todo aquello cambiaba cuando se trataba del príncipe.

La relación diplomática entre los casa blanca y los reyes de Karmaland prevalecia desde hace algunas cuantas generaciones, siendo así que los lazos de ambas familias eran fuertes. Su hermano y el príncipe se conocían prácticamente desde que nacieron, convivieron juntos, estudiaron juntos, inclusive cuando ambos descubrieron sus castas ambas familias creyeron que lo más conveniente era que aquellos lazos se fortalecieran en un matrimonio.
Hasta que llegó Quackity y todo entre ambas familias se desestabilizó. Cuando menos lo esperó, ya se encontraba del otro lado del mundo, le habían alejado con la patética excusa de que aún estaba muy chico para eso, que debía tener una estricta educación si algún día quería estar en un lugar tan alto.

"Este lugar es impresionante. " sus labios se ensancharon en una pequeña sonrisa admirando con ilusión cada pequeño detalle del restaurante.

Constaba de cuatro pisos, cada uno más reluciente que el anterior, los enormes pilares de mármol tenían una modesta estructura como si fuese de la antigua Roma, los pisos destellaban con sus azulejos blancos con decoraciones amarillas, las paredes pintadas de un bonito color dorado, haciendo juego con los cuadros de distintas pinturas y fotografías sobre personas con un linaje alto que habían cenado en ese lugar.
Las mesas se encontraban lo suficientemente separadas para dar privacidad a los comensales, cubiertas con un bonito mantel blanco. Las sillas de roble oscuro con un pequeño lazo amarillo atravesando el respaldo parecían tan mullidad y cómodas, asemejandose más a un sofá que a una silla en sí.
El Duque se apegó un poco más al cuerpo del príncipe, sus brazos estaban entrelazados, estaban tan cerca que el fuerte aroma del Alfa le hacía ronronear.

"Es uno de mis restaurantes favoritos, la comida que sirven es verdaderamente una exquisitez. " acomedido, el menor se permitió recostar su cabeza sobre el brazo del Alfa.

Hace un momento habían pasado por la recepción, no se sorprendió al ver que Luzu era muy bien recibido en el lugar, supuso que era por ser el príncipe heredero, sin embargo, al haber escuchado sus palabras anteriores, eso le hacía pensar que era un cliente frecuente.