¿Hasta Dónde Llegará Nuestro Amor? "KOOKMIN"

CAPÍTULO 41

Podía considerarme como el único amigo que tenía Jeon, nos conocimos hace muchos años atrás cuando él inició su pasantía en la firma en la que había comenzado a trabajar, por azares del destinos congeniamos muy bien, era listo, pero muy honesto, cosa que no es muy común, yo le explicaba y enseñaba todo lo que sabía y él me ayudaba con algunos casos que me costaba analizar, nos alejamos y quedamos como buenos amigos, después de varios años volvió a aparecer para invitarme a su boda, estaba contento de que ya estuviera formando una familia, desde el inicio hasta el final de la ceremonia no se lo veía feliz como se espera de un novio, sonreía de manera forzada y se lo veía incómodo, quería hablarle pero como no éramos tan cercanos no hice nada y decidí disfrutar de la magnífica fiesta.

Por un amigo me enteré de su divorcio por lo que fui a visitarlo, en ese momento pensaba que lo iba a encontrar destrozado por el suceso, pero no fue así, él se veía ¿feliz?, al poco tiempo decidió abrir su propia firma, fui el primero en unirme a su loca idea, ahora estaba bastante agradecido.

No sabía mucho de su pasado ya que Jungkook era muy cerrado y no te contaba nada sobre su vida personal, lo único que me dijeron algunas personas que conocían a su ex-esposa era que Jungkook no podía olvidar a una persona de su pasado lo que fue el detonante para su divorcio, trate de preguntarle y averiguar más, pero el chico era una tumba, deje el tema a un lado, ahora creo que debí haber insistido, odia no saber nada.

Después de la visita inesperada en el despacho decidí ir a darle una visita rápida ya que me dejaron un sabor amargo las palabras del señor Kim, al inicio no me preocupe de su repentina desaparición debido a que deduje que estaba tomándose unos días para trabajar en sus casos por separado, no sería la primera vez que lo hacía, después de una semana llamé a su asistente porque él no me contestaba, la muchacha me dijo que Jeon le dio dos meses de vacaciones pagadas, también me dijo que había delegado sus casos a otros abogados de la firma sin decirme nada, eran demasiadas cosas extrañas juntas, por lo que no dude y deje todo para dirigirme a su apartamento.

– Señor Song, es bueno verlo por aquí – el portero era un agradable hombre mayor que siempre te saludaba con una sonrisa.

– Es bueno verlo bien abuelo, vine a visitar al señor Jeon – el señor Han puso una mueca algo extraña.

– Me alegra que lo haya venido a visitar, disculpe la indiscreción, pero, le pido que no lo deje solo, el muchacho es muy bueno para que algo malo le llegue a pasar – se notaba la preocupación en sus ojos, el abuelo quería mucho a Jungkook debido a que él no permitió que lo despidieron por su avanzada edad, también aportaba una buena cantidad de dinero como un bono para el mayor, ahora si estaba muy nervioso.

– Gracias abuelo, será que podría darme una copia de las llaves por favor- el anciano no dudo en darme la copia me pidió muy amablemente que las devolviera lo más pronto posible, me despedí y subí al ascensor hasta el piso de Jungkook, dudaba mucho que hiciera alguna tontería, ¡por Dios era abogado!, nosotros tenemos cuidado de no hacer estupideces, el sonido del ascensor me avisó que había llegado, me acerque a la puerta y toque el timbre, espere unos minutos y nadie me abrió, volví a tocar unas tres veces más obteniendo la misma respuesta por lo cual decidí usar la copia que me dio el abuelo, al entrar pude notar una extraña calma que sumado a la baja temperatura del ambiente me erizó todos los bellos de la nuca, camine hasta la sala la cual estaba perturbadoramente impecable como si nadie viviera ahí, con cada paso sentía como los cuadros que tapizaban las paredes me observaban, no entendía porque habían tantos retratos de una misma persona, seguí buscándolo pero no pude encontrarlo por lo que subí a la segunda planta, esta era todo lo contrario que la planta baja, simplemente era un desastre, habían latas y botellas de alcohol esparcidas por todo el piso, las paredes desnudas tenían marcas de nudillos y manchas rojizas, camine esquivando los vidrios rotos para entrar a su habitación, me quedé paralizado, todo estaba roto, su ropa, las colchas de cama, los muebles y los espejos estaban hechos añicos.