¿Hasta Dónde Llegará Nuestro Amor? "KOOKMIN"

CAPÍTULO 1

17 AÑOS   🐰🐾🐰

¿Cómo podría definir mi vida?

Lo mejor sería comenzar diciendo lo básico, estoy en el último grado del instituto, vivo en Busán junto con mis padres en un vecindario pintoresco pero aburrido, cada día asisto al instituto para desempeñar mis actividades como un estudiante modelo, al finalizar mis clases me quedo en el club de literatura al cual entré por mero aburrimiento para evitar llegar a una casa vacía.

Mis padres trabajan todo el día por lo cual apenas nos reunimos para cenar, no poseo hermanos o parientes cercanos, tampoco tengo muchos amigos ya que se acercan a mí con segundas intenciones a excepción de Kim YuGyeom, es la única persona que considero como un amigo, nos conocimos en la escuela primaria mientras efectuaba su gran azaña saltando de una rama del árbol que estaba en el patio del colegio, casualmente cayó encima mío, desde entonces nos volvimos amigos.

– Jungkook llegaras tarde a la escuela – la voz de la señora Jeon sacó al castaño de sus pensamientos, Jungkook se metió a la ducha, al salir se secó el cabello y lo acomodo con las manos se colocó el uniforme pulcramente colgado en su closet, se miró al espejo e hizo una mueca, se veía igual que todos los días.

Al entrar por el comedor Kook pudo observar a su padre sentado en la cabecera de la mesa y a su madre colocando los últimos platillos que había preparado.

– Buenos días – saludo cortésmente a sus padres, su madre le regaló una sonrisa mientras que su padre le devolvió el saludo.

– ¿Jungkook ya elegiste a que universidad vas a asistir? – el señor Jeon observaba fijamente a su hijo, él era un reconocido abogado penalista, caso que el ilustre abogado defendía solo podía terminar en un resultado, una victoria rotunda.

– Lo estoy analizando con el asesor del colegio, creo que asistiré a la universidad que me recomendaste – mi padre esperaba que yo siguiera sus pasos y me convirtiera en un abogado reconocido en la ciudad, no es que me desagradara la idea, recuerdo que cuando era más pequeño me encantaba escuchar hablar a mi padre con sus colegas de los casos que lograban resolver, de cómo se las ingeniaban para convencer al jurado de su verdad.

– Claro que mi recomendación es la más acertada, solo los mejores estudiantes pueden asistir a tan prestigiosa universidad – mi padre estaba en lo correcto, para entrar a la universidad de Dong-Eui debías tener un promedio perfecto, solo un puñado de estudiantes tenían el privilegio de poder postularse a los exámenes de ingreso y muy pocos lograban pasar.

– Si padre, enviaré la solicitud para que me puedan facilitar todos los formularios para las pre-inscripciones – no tenía alguna preferencia así que no me parecía mala idea obedecer a mi padre.

– Estaré pendiente de tus resultados, no me avergüences hijo – esa última frase siempre estaba en los labios de mi padre y me la repetía constantemente, como si yo me atrevería a manchar su prestigiosa reputación.

– Prometo que estarás orgulloso – terminé de comer y me dirigí a mi habitación por mi mochila, me removí el cabello y salí camino al instituto.

Mientras caminaba vi a unos niños jugar con la línea de señalización de transito que estaba pintada en el suelo.

– Señor, señor, está pisando las espadas de hilo ¡Se va a morir! – los pequeños monstruos se abalanzaron contra mí y me jalonearon hasta que mis pies estaban sobre la delgada línea blanca.

– Vamos señor empiece a caminar – con sus pequeñas manos me empujaron, no me quedo más opción que avanzar.

Sin darme cuenta los niños desaparecieron y yo seguí avanzando sobre esa línea, después de todo igual estaba en mi camino.