Capítulo 8. Solo hay que fingir por unos días
Summer
Nada.
Leister no dijo nada.
No actuó de la forma que pensé que actuaría: enojado, desquiciado, aunque sea un poquito alterado.
Pero no. No lo hizo.
Kol lo dijo muy claro, aunque no con las palabras que yo estoy usando, pero lo dijo: no le intereso a Leister.
Lo nuestro quedó en el pasado. Ya no le importo. Esto es una ruptura sin retorno, como una calle sin salida.
Terminamos.
Y mis sentimientos están por el suelo.
Estoy tratando de actuar feliz por estar con Kol mientras regresamos a la mesa.
Liam y Lana dejan de sonreír cuando nos ven acercarnos, hay platos en cada uno de los cuatro asientos, esperando por nosotros.
—Espero que no les moleste, ordenamos por ustedes.
Sonrío por cortesía a Lana. Aunque ahora mismo no tengo ganas de comer, pero el olor me hace agua la boca.
La expresión de Kol al ver la comida es de espanto.
Hay una pequeña porción de carne y algunos vegetales a un lado. Y parece que Kol no está contento con que sea tan poca comida, algo así como luce Liam.
—Venir aquí fue una mala idea —murmura Liam—, me voy a morir de hambre. Y ni cinco platos de los mismos harán que me llene.
—Si. Venir aquí fue una mala idea —corrobora Kol, pero hablando de otro asunto.
Mi mano se mueve bajo la mesa y aprieto con fuerza su pierna, esperando que entienda que no diga nada que nos ponga en descubierto.
Sus manos, que descansan sobre la mesa, se vuelven puños. Me mira de soslayo y me enseña los dientes con una sonrisa sarcástica.
—Nena —me dice con voz baja—, deja de tocarme o no voy a responder.
—Cariño —susurra con una sonrisa dulce—, no digas tonterías.
Kol mira hacia la pareja del frente que hablan entre susurros y puedo intuir que es algo subido de tono porque Lana tiene las mejillas sonrojadas.
—Nena —dice más fuerte esta vez, atrayendo la mirada de nuestros amigos—, deja de tocarme el pene. Estamos en público.
Retiro mi mano de su pierna como si me estuviera quemando.
Liam me mira el brazo que estaba sobre la pierna de Kol y la subo a la mesa, para demostrar que no lo sigo tocando.
—Mi mano no estaba… ahí —susurro.
Lana se ríe, tapando su boca con una mano; mientras que Liam se lleva una copa de agua a la boca, elevando una ceja hacia Kol.
—Eres un tonto. —Cubro mi boca con la mano mientras le hablo a Kol.
Él se ríe y niega la cabeza, señalándome con el pulgar.
—Nena, comportarte por favor. No quiero llevarte al baño para tener sexo, deja de insistir.
Esta vez, la pareja en la mesa cercana nos mira a los cuatro, como si fuéramos a hacer alguna fiesta de orgía o algo así.
Jesús.
Kol Ferrara me está sacando de quicio.
Liam se aclara la garganta, dejando la servilleta de tela sobre su plato vacío. Lana está terminando su ensalada y yo estoy acabando lo poco que tiene el plato.
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Una mentira blanca para una alma destrozada ✔
RomanceTercer libro de la serie "El color perfecto" Sinopsis Summer Casablanca acaba de terminar su relación. Corrección. A Summer la dejaron; por diferencias irreconciliables. Summer está destrozada, lo único que quiere hacer es enseñarle a su ex novio...