Capítulo 11. La hora más larga de la vida
Kol
«Fue un buen partido. Felicidades».
Las palabras siguen retumbando en mi cabeza como un estúpido disco rayado. Ni siquiera reaccioné como una persona racional.
Hasta balbucee alguna respuesta como: s-si, gracias.
No debí responderle. No debí ni quedarme parado como un imbécil, mirando sus ojos brillantes y hermosos.
Estúpido yo.
Estúpida fiesta.
Mis ojos no pueden parar de buscarla. Ver si vino con alguien más a la fiesta, si sigue con el idiota por el que me dejó.
Alguien gira mi cabeza hacia un lado.
—Te estoy hablando.
—¿Qué? —digo distraído.
—Vamos a bailar.
—No quiero.
Summer voltea los ojos. Voy a pegarle los ojos con cinta para que deje de hacer esa voltereta que me está cansando.
—No te va a matar bailar. ¿O no sabes bailar?
—No quiero bailar. Es diferente a que no sepa.
—Demuéstralo —me reta.
Me reta.
Summer Casablanca me está retando.
—¿Piensas que voy a caer en ese juego de porquería?
Encoge un hombro, mirando hacia los lados.
—O si quieres nos quedamos aquí hablando sobre tu ex.
Nos quedamos parados, sin hablar ni hacer ningún movimiento.
Me empuja con su cadera hacia un costado.
La miro con un enojo que está subiendo por mi cuerpo. Con Summer no hay punto medio, o estoy enojado o quiero estrangularla.
—Entonces —comienza—, ¿cuál es la historia entre tú y Hailey?
Cruzo los brazos, haciendo oídos sordos a su sugerencia nada divertida de hablar sobre algo que no me importa. Porque no me importa una mierda.
—Vamos. —Me vuelve a empujar con la cadera, solo que estoy preparado con los pies firmes en el piso—. Así nos vamos conociendo mejor.
—No me interesa conocerte.
—No decías lo mismo cuando te enteraste quién es mi padre.
¿Quiere hablar de eso? Porque estoy más que dispuesto a hacerlo.
—Me interesa tu padre, no tú.
—Jesús. Ahora suenas como si necesitaras un sugar daddy.
Hago una mueca de asco. Esta chica tiene la cabeza muy dañada.
—Tienes treinta y siete minutos —murmuro sin ánimos de entablar una conversación sobre una relación que murió en el mismo momento en el que comenzó.
Se cruza de brazos y me mira con enojo. Creo que es enojo, no estoy muy seguro que sepa lo que es estar realmente enojado con alguien.
Algo como yo con ella cada vez que dice que debo hacer algo que no quiero hacer.
—¿Qué? —digo después de varios segundos en el que no parpadea ni hace un intento de hablar.
—Vamos. A. Divertirnos. Hasta Taylor se está pasando muy bien. —Apunta hacia donde Taylor sigue bebiendo del barril de cerveza barata.

ESTÁS LEYENDO
Una mentira blanca para una alma destrozada ✔
RomanceTercer libro de la serie "El color perfecto" Sinopsis Summer Casablanca acaba de terminar su relación. Corrección. A Summer la dejaron; por diferencias irreconciliables. Summer está destrozada, lo único que quiere hacer es enseñarle a su ex novio...