10. ¿Qué acaba de suceder?

8.5K 594 145
                                    

Capítulo 10. ¿Qué acaba de suceder? 

Summer

Estoy dos puestos lejos de Leister, pero puedo sentir cuando me queda viendo, yo giro la cabeza hacia él y él voltea hacia otro lado. 

Hemos estado así desde hace quince minutos. Desde que salí del vestuario de los jugadores.

—Ay, esto va a ser divertido. —Dona aplaude y silba sintiendo la energía de todo el campo. 

Hay cientos y cientos de personas, los aficionados del equipo contrario están en un espacio pequeño frente a las escaleras donde nuestra universidad está, y los gritos e insultos no se hacen esperar. 

Jesús, esto se siente increíble. 

Música por los altavoces se escucha para animar el ambiente antes de comenzar el partido. 

Una versión rápida de Get Ready For This suena y todo el público se vuelve loco. Hay confeti que sale del túnel de donde sale el equipo. 

Me pongo de pie junto a los demás, gritando y aplaudiendo. 

—¡Vamos Kol! —grito a todo pulmón y silbo. 

—Summer, me vas a dejar sordo. —Lewis se cubre las orejas con ambas manos—. Pero me tienes que enseñar a hacer eso con los dedos. 

Sacudo la cabeza sonriendo. 

Kol aparece, sosteniendo su casco en una mano. Mientras todos aparecen trotando hacia la cancha y elevando las manos para que la gente grité y apoye más, él entra caminando, como si le estuviera obligando a jugar. 

Inspecciona los graderíos y elevo las manos para que me vea. 

Sus ojos oscuros, pero que sé que son grises cuando estás cerca, me miran y alza la mano que sostiene el casco, no como un saludo, solo un poco como diciendo «ya te vi, deja de hacer el ridículo».

Sonrío con ganas, queriendo que comience el partido, pero él no me devuelve el gesto y siento que ya me he acostumbrado a que casi nunca sonría ni sea demostrativo, y eso está bien para mí. 

—Se ve bien con ese uniforme —dice Dona hablando de mi novio. 

Eleva la voz lo suficiente para que la escuche sobre el ruido de los demás y para que lo escuche Leister. 

Sé que lo hace a propósito. Dona es vengativa, aunque no fue a ella quién hirieron, pero me vió llorando varias veces y eso, para ella, es guerra.

El otro equipo ingresa y los abucheos se hacen eco en el estadio abierto. 

El sol está fuerte, es media tarde y siento que voy a morir de insolación, no me imagino cómo deben estar los jugadores llevando todo ese equipamiento sobre ellos. 

—Si —murmuro hacia Dona—, se ve muy bien. 

El uniforme no le hace justicia, no como la camisa que llevaba el otro día del cine. Oh, si, no dejé de pensar en eso cuando llegué a casa. 

—¡Vamos Taylor! —grita Lewis. 

Once jugadores se colocan uno frente al otro. Veo a Kol en una esquina, mirando hacia Taylor. 

La tensión se siente en el aire cuando el árbitro silba y todos los jugadores se mueven, golpeándose y empujando. 

Taylor tiene el balón en la mano, mirando hacia el frente, logra esquivar a uno de los jugadores contrincantes y lanza el balón justo cuando lo envían al piso. 

Una mentira blanca para una alma destrozada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora