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Golpeó suavemente la puerta blanca y espero unos minutos antes de entrar llevando consigo una bandeja de comida.

— Hola...— susurro pero ella no se movió.

Estaba pálida, recostada en la cama con la mirada pérdida.

— Te sentaré para darte la comida, ¿Sí?— no se movió pero vio como sus ojos se llenaban de lágrimas. Tomo el control para que la cama se moviera hasta tenerla sentada para alimentarla y se sentó junto a ella acercando la cuchara, fue allí cuando la chica movió su cabeza de forma negativa.— Yuqi debes comer...

— ¿Por qué Geohak?

— Porque debes comer.— contestó triste viéndola empezar a llorar.

— No quiero hacerlo, ella no puede comer, no merezco hacerlo.— negó. El alfa dejo la bandeja con comida en la mesa y se levantó para abrazarla con fuerza.— Debí morir yo.

— No fue tu culpa, tu también casi mueres.— lloró.— Tu cachorro casi pierde a su mamá, tus padres casi pierden una hija, tus hermanos una hermana y yo casi... Yo casi te pierdo a tí, no digas eso por favor.— La escucho hipar en su hombro y le acaricio la espalda con cuidado, como si en cualquier momento fuera a convertirse en humo o cenizas entre sus dedos porque así se sentía desde que ella despertó.

Hubieron complicaciones con la bebé, fueron de tal magnitud que tuvieron que mover a la omega de urgencia al quirófano haciendo decidir a quien estaba a su lado en ese instante entre ella o la cachorra. Aunque luego los médicos concluyeron que no hubo nunca una elección que tomar.

— Yuqi, él te necesita, deberías verlo.— susurro suavemente. La chica no había querido ver a su hijo después de despertar dos días después de su nacimiento, no sabía cómo hacerlo.

— No...— negó y lo empujó.— Y tampoco deberías acercarte a mí, Geonhak, todos los que me rodean sufren o mueren, debes alejarte, por favor, no vuelvas.— le pidió aún sollozando.

— No me iré.— negó el alfa volviendo a abrazarla con fuerza a pesar de que ella lo empujaba.— Nunca me iré a tu lado, Yuqi, no es así, tu solo das felicidad a todos.

— No, no, debes alejarte porque algo horrible podría pasarte.— negó.— Por eso Jisung no me quería, seguro sabía que soy este monstruo, que atraigo dolor y desgracia y...

— ¡No, Yuqi, no eres un monstruo! ¡Te amo! ¡Entiendelo de una vez! ¡Te amo y no te dejaré!— dijo levantando la voz. Ella dejo de hablar y de pelear por alejarlo cuando escucho eso.— No digas esa cosas porque me lastimas también a mí, no solo a ti misma.

— Pero te harás daño...

— Más daño me haría alejarme de ti o ver que te hagas daño de esta manera a ti misma como lo estás haciendo.— le aseguró limpiandose el rostro, alejo se ella tomando asiento y tomo de nuevo la cuchara.— Come, por favor... Por mí...

Ella no dijo nada más solo lo vio llorar mientras comía lentamente la comida que le daba.

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— ¿Cómo está?— preguntó Minho mirando a Hyunjin.

— ¿Dongju? Mal, sigue pensando que fue su culpa.— suspiro.— Y se niega a alejarse del bebé hasta que Yuqi lo vea...

— Ambos se echan la culpa.— dijo triste.— El bebé ¿Está bien?

— Hoy comió y durmió bien.— asintió sonriéndole levemente, se acero a él y le dio un beso en los labios.— ¿Tu como estás?

Teacher! Can I Kiss your baby? Please.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora