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— Quizás deberíamos.— murmuró.

Ambos mayores lo miraron, Hyunjin rápidamente se sonrojo y se acercó a abrazarlo.

— Sí eso quieres, lo haré.— le susurro dándole  palmaditas en la espalda escondiendo su cara en su cuello para olfatearlo.

— Lo quiero, ya estoy cansado de fingir que deje de amarlos.— suspiró y luego miro a Minho que permanecía en silencio.— ¿Hyung?

— Yo creo lo mismo pero... ¿Y nuestros hijos?— cuestionó.— Juyeon y Hyunjae son destinados, igual que Yuqi y Soyeon...— dijo mirando al suelo. Hyunjin y Felix soltaron su abrazo mirándolo con atención.— No puedo ver a mis hijos tristes por ser hermanastros de sus destinados. ¿Qué pasaría con ellos si nosotros...?— soltó un suspiro pesado y los miró con tristeza.— Entiendo que Jisung no haya pensado en eso ni un segundo porque es tan egoísta y créanme que me gustaría ser así de egoísta solo un momento pero... No puedo ver a mis hijos infelices sólo porque yo quiera ser feliz después de veinte años...

Felix sonrió con tristeza y miró sus manitos pensando en alguna solución, Hyunjin por su parte miró al suelo acariciando el cabello del pecoso.

— Y yo debo esperar a que termine toda esta mierda de mi divorcio también.— suspiró el pálido.— O pueden quitarme a los niños...

— Seguirán siendo destinados.— susurro Felix al final y luego miró a Minho a los ojos con decisión.— Hyung, ellos seguirán siendo destinados y podrán seguir estando juntos a fin de cuentas.— dijo y las lágrimas empezaron a salir.— Ante la ley seguiría estando bien que ellos estén juntos porque son destinados, aunque nosotros estemos juntos.— le tendió la mano.— Nosotros podríamos estar juntos a pesar de eso.

Minho lo escucho con atención, comprendiendo entonces que aquello era cierto.
Los miro a ambos y sin pensarlo más se acercó, sosteniendo las mejillas de Felix para limpiarle las lágrimas y lo beso, cuando se alejó le sonrió a Hyunjin que le tomó la mejilla acariciandola.

Llegaron al acuerdo de ir despacio, hablarlo con sus hijos también para que no entrarán en pánico y de pasó dejar que los trámites de divorcio de Hyunjin, y los que iba a iniciar Felix oficialmente, se concluyeran con éxito antes de hacerlo cien por ciento oficial.

Querían hacerlo bien. Querían hacer todo correctamente para no terminar lastimados ni lastimas a sus hijos en el proceso.

Querían que al fin todo fuera como siempre debió ser entre ellos, pero todo con tiempo.

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— ¡Niños!— llamo Hyunjin entrando en casa de Felix. Minho se quedaría con el pecoso en el hospital mientras él cuidaba a sus hijos.

Detrás suyo entraban sus pequeños cargando sus bolsas de dormir. JeongIn ya había retirado a sus pequeños hacía un rato.

— ¡Tío! ¡Ayuda!— escuchó gritar a Yuqi.

Soyeon tiro sus cosas y tanto como él corrieron a la cocina de dónde venían los gritos.

— ¡Dejen de pelear!— grito Soyeon parándose en medio de Juyeon y Hyunjae pero viéndose envuelta en fuego cruzado recibiendo si piedad harina y salsa en la cara. Yuqi se escondía tras Hyunjae junto con Riki, el niño armado con un bote de crema batida y la chica con una cuchara que parecía tener chocolate.

Las risas no se hicieron esperar por parte de Hyunjin que no entendía que había sucedido.

— ¡Tu padre va a matarlos si se entera de esto!— río a carcajadas acercándose al horno porque justo comenzó a sonar el cronómetro vio que había unas cuantas pizzas caseras allí, apagó el horno y tomo una servilleta para agarrarlos al ver que los guantes de horno estaban llenos de salsa y chocolate por igual. — Vayan a lavarse un poco.— dijo negando con la cabeza viéndolos con ternura.— Yo limpiare.

Teacher! Can I Kiss your baby? Please.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora