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Felix suspiró, su respiración estaba agitada, su cuerpo ardía.

— Por favor, ya.— suplicó. Hyunjin trago pesadamente acariciándole la espalda con la yemas de sus dedos. Mientras Minho dejaba un camino de besos por sus piernas.

— No desesperes.— Lo regañó dejando una mordida juguetona en su piel.— Queremos ir lento.

— Pero, hyung.— pidió y Hyunjin le tomo la barbilla besandolo.— Mmm...

— Te prepararé bien.— susurro Minho haciendo rozar su aliento sobre su piel, se estremecio. Su piel entera se erizó cuando sintió su lengua empujando en su entrada, abrió sus ojos en grande por aquello.

— ¡Minho!— chilló rompiendo el beso, Hyunjin lo abrazo pegándolo a su pecho, volviéndolo a besar con necesidad, impidiendole moverse para que Minho siguiera con su trabajo.

Felix se sentía como ese cachorro de catorce años, inexperto que se entregó a ellos por primera vez.

Clavó sus uñas en la piel de Hyunjin cuando Minho ingreso un dedo en él, se permitió gemir con cada suave movimiento.

— Dejen de jugar.— suplicó cuando Jinnie dejo sus labios para mordisquear su cuello.— Me duele, los necesito.

— Repitelo.— Exigió Minho haciendo más y más lentos sus movimientos.

— Los necesito, ya.— repitió lloriqueando y Hyunjin soltó una pequeña risita. Iba a reclamarle pero Minho le quitó las palabras entrando en él completamente sin piedad.— ¡Shit!— dijo con voz ahogada aferrándose a los hombros de Hyunjin con sus manitos.

Minho salió de él dejando que Hyunjin lo acomodara mejor para poder entrar en él haciéndolo también perder el aliento.

— E-es más...— susurro con la voz agitada.— S-son más grande de lo que re-recordaba.

— Tranquilo, Lixie, será mejor que antes.— le aseguró Hyunjin saliendo lentamente. Sintió como ambos se alineaban entrando con lentitud en él, sosteniéndolo con fuerza.

— Relájate, Felix.— susurro Minho sobre su oído.— Shh.

— Me van a romper.— murmuró dejando salir sus pensamientos.— Oh my-

Así empezaría una muy larga semana para ellos tres.

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Hacía una semana que llevaban instalados en cada de la abuela Hwang y Juyeon miraba con enojó a Soyeon, quien estaba tan entretenida mirando a Yuqi que ni cuenta se daba.

— Tu y yo.— dijo con firmeza tomándolo del brazo.— Afuera.

— ¿Qué?

— Vamos a hablar.— gruñó entre dientes arrastrandolas fuera de la casa.— Tu y Minnie le hicieron algo.

— ¿Eh?

— ¿Qué le hicieron ustedes dos a mi hermanita, Kim Hwang Soyeon?— exigió saber. Sabía que hacías casi toda la semana  habían estado saliendo al centro las tres pero su hermanita actuaba raro desde el segundo día.

— ¿Qué te dijo ella?— preguntó la chica en cambio son su cara roja.

— Soyeon, dime.— exigió más alterado aún.

— Y-yo... Prométeme que no me matarás y te digo.— Murmuró haciéndose chiquita en su lugar.

— ¡Soyeon!— gritó dándose cuenta de lo que insinuaba y su amiga le cubrió la boca con una mano para que nadie más los escuchará el gruñó y se las quito de encima.— ¿Lo hicieron?

Teacher! Can I Kiss your baby? Please.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora