Capítulo 2

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Abrió los ojos sobresaltado, jadeando por aire como si se estuviera ahogando, se agarró su garganta, tratando de frotarse para que entre el aire, hasta que por fin se empezó a calmar y se dio cuenta que estaba gritando, sudado y agitado.

Mientras se tranquilizaba, miró a su alrededor ¿Qué rayos? se preguntó al ver todo el lugar, se levantó de golpe haciendo que le de un mareo fuerte, no le importó, se dirigió hacia la venta, abriéndola se tapo los ojos con la luz que entró de golpe, está en desembarco del rey, todas sus cosas estaban ahí, su cuarto de la niñez.

¿Niñez? Rápidamente levantó sus manos y las vio diminutas, estaba temblando.

Volvió.

Anoche, estaba cayendo del cielo hacia el mar, destruyendo sus huesos en el proceso. Anoche estaba muerto y ahora estaba vivo. Y Arrax.. Oh su bello dragón que murió de la peor manera. Se contuvo las lágrimas, es posible que su dragón estuviera aquí también. Se trago sus lágrimas, y volvió a mirar su habitación, es una nueva oportunidad.

No sabe como, pero lo hizo. Todo lo anterior parecía tan solo un mal sueño, sin embargo sabe que todo fue real.

Tiene una nueva oportunidad, y la aprovechará.

Todo gracias a...

—¡Mi príncipe! ¿Se encuentra bien?.—Su guardia entró apresuradamente, después de escuchar el gritos desgarrador de Lucerys.

—Sí, solo un mal sue....

—¡Mi niño!—entró su madre de manera abrupatada, sobresaltandolo.

Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas contenidas, su amada madre estaba viva, sana y salva, pero sabe que no por mucho.

Inmediatamente abrió los brazos y se encontró acurrucado en el pecho de su madre. Amaba el latido de su corazón, lástima que la enorme barriga no lo dejará disfrutar.

—¿Qué pasó, mi dulce niño?

—Tuve un mal sueño, nada grave.—era mentira, pero mejor eso que la verdad. Que vio morir a toda su familia. Su dinastía.Trató de disipar el miedo en su interior para no preocupar a su madre.

—¿Quieres contarme sobre eso?—él nego—Está bien, comprendo—le acarició sus alborotados rulos—, cuando quieras hablar estaré aquí para ti.

—Lo sé, madre.—el dolor en su pecho crecía, cuando había extrañado a su madre, sus abrazos, sus besos, su olor. Se separó de ella para mirarla a los ojos y decirle lo que no pudo.—Eres la mejor madre que me pudo tener.—extendió sus diminutas manos para apoyarlas en las mejillas sonrojadas de su madre.—Te amo, madre.

Rhaenrya Targaryen, estaba al borde de las lágrimas, el sueño de su hijo debió ser demasiado fuerte para que le esté diciendo eso. Su pequeño dulce niño, no merecía tener el rostro lleno de lágrimas sino de sonrisas. Dejando de lado el temblor que sentía en su cuerpo desde la noche anterior. Lo abrazo y le dio sus preciados besos que sabia le gustaba a Luke.

—Mamá también te ama, mi pequeño, Luke.—respiro el aroma de su niño.—Ahora debes....

Se interrumpió abruptadamente por el dolor que le vino.

—¿Mamá? ¿Qué tienes?—el príncipe empezó a entrar en pánico al ver a su madre pálida y sudada. Ahora que recueda que ni bien lo abrazo ella estaba sudando, y además estaba de camisón.

Eso solo significaba una cosa. Su hermano ya viene.

El bebé quería nacer.

Tenía las contracciones desde anoche, ella no había dormido muy bien gracias a los dolores, Laenor no estaba con ella en ese momento así que le tocó hacer sola su caminatas para la dilatación. Ya estaba con el maestre y las doncellas cuando escucho el gritó de su hijo. No sabe porque pero su piel se puso de gallina y sintió una angustia pesada en su pecho, así que sin pensar en él dolor de las contracciones, se dirigió corriendo hacia su hijo.

Renace El Dragón: Evitando La Danza De Dragones Where stories live. Discover now