Capítulo 31

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Su vida estuvo plagada de tragedias desde que era tan solo una niña. Ella vio más muerte de lo que le gustaría, y el dolor que dejaba aquellos descenso fueron terrible, en cierto modo.

Tan solo tenia cuatros años cuando su abuelo Baelon falleció, para luego seguir su abuelo el rey Jaehaerys I. Después, de los acontecimientos anteriores vio partir a su madre con el Extraño y junto a ella a su tan dichoso hermano neonato.

Ella recuerda el dolor que sintió con aquellas muertes, especialmente el de su abuelo, madre y hermano. Fue devastador ver y sentir que no vería a su madre nunca más, que ya no escucharía su risa, ya no la regañaría por ir a montar a Syrax sin su permiso y sobre todo ya no habría más abrazos y sus dulces besos que su madre dejaba caer en su cabellera. Ella sufrió mucho con su muerte, sentía que cuando su madre partió una gran parte de ella también lo hizo, aquel día ella sintió que su madre la dejó en la lengua de las víboras que esperaban su momento para hincarle sus colmillos y llenarla de veneno.

Pero, Rhaenyra Targaryen no se deja vencer tan fácilmente. No por nada los rumores decían que ella "No olvidaba tan fácil una ofensa". Daría uso de aquella frase, y es que, en su sangre estaba el no dejarse vencer tan fácilmente, no sin antes dar lucha, ella era un dragón y tenía que dejar que su fuego se esparciera por todos los rincones de la Fortaleza Roja para que sus enemigos le tuvieran miedo.

No obstante, tuvo hijos. ¿No dicen que los hijos son la mayor debilidad? Si, lo son. En ese momento de su vida, cuando ya había visto al Extraño más veces del que le gustaría y dejado un dolor enorme, jamás se imaginó sentir el inmenso vacío que se había creado en su corazón y mente. ¿Debería estar feliz? Claro que si, su hija había nacido viva, y su primogénito había vuelto con grandes noticias como que Inverlania esta de su lado, pero ella no está feliz.

Lejos de esos, el enorme hueco que dejó la ausencia de su segundo hijo Lucerys la está llenando por completo, su mente es incapaz de dejar ir el sentimiento de culpa por no a ver estado para despedir a su hijo cuando este marchó a la guerra. En cierto modo, solo debería sentir tristeza y desesperación por la desaparición, pero no.

Algo sucedió cuando ella estaba en labor de parto. Cuando su hijo colocó su palma caliente en su adolorido estómago para que Visenya naciera, algo pasó en ese momento, ella no sabe con exactitud qué es, pero lo siente en todo su ser o para ser más asertiva, ella sintió a su hijo como si fuera la primera vez. En medio de la agonía, ella sentía el recorrido de la sangre que fluía por las venas de su hijo, sentía su "bom bom" de su corazón cada vez más fuerte por su desesperación, sintió levemente sus pensamientos, eran... eran palabras al aire que ella escuchaba en su mente pero sobre todo lo que más sentía fue sentir su calor, el fuego que recorría todo el cuerpo de su hijo, ella lo sintió por primera vez y la intensidad la abruma que acabo desmayada.

Ellos mencionaron que era por el parto, que había perdido muchas sangre, en su interior ella sabía la verdad, fue por el abrumador poder de Luke la que la dejó noqueada. Cuando cerró los ojos ella aún podía sentir el poder emanar por su cuerpo, se sentía como si estuviera conectado con él como cuando aún estaba embarazada de él y estuvieran unidos por el cordón umbilical. Sentía que las llamas de los dragones la envolvían de una dolorosa y hermosa forma.

Sentía la calidez que la reconfortaba y la hacía acurrucarse para sentirla más dentro suyo, pero su hijo vino y le dijo: "He de partir, madre." , y ella quiso gritar "¡No!" Pero en su estado no pudo decir nada, y entonces él se fue.

Fue cuando llegaron las pesadillas.

Era como si Lucerys hubiera sido siempre su faro que iluminaba todo su mundo, y ahora que él se ha ido la oscuridad la envolvió.

Renace El Dragón: Evitando La Danza De Dragones Where stories live. Discover now