Renace El Dragón: Evitando La Danza De Dragones

Capítulo 23

—¿Por qué nunca me lo contaste?—pregunto un consternado Lucerys.

Él no sabia nada del dolor que había llevado su hermano todo este tiempo que estuvieron separados, y es que él no imagino que su ida iba a causar tanto daño a una de las personas que amaba con todo su corazón.

Luke estaba apunto de abrazar a su hermano para decirle que comprendía su dolor pero la sonrisa cínica que él le lanzo lo detuvo por completo.

—Perdóneme por no decirle todo, su majestad.—respondió y Luke hizo una mueca mezclado en desagrado y dolor.

—Jace, no seas así.

—¿Qué ibas hacer si te lo contaba? ¿Ibas a ir corriendo a contarle al abuelo? ¿Le dirías a todos que no quería casarme con la nieta legitima de Lord Corlys?

—Nosotros también somos nietos legítimos de Lord Corlys.

—En papeles, Luke. Tú sabes que en sangre no lo somos por más que madre lo quiera ocultar, por más que sobornaron todos, esa es la verdad. Y no me refiero a ti, sino a Joffrey y yo. Somos bastardos.—dijo con rabia ocultada, Luke cerro los ojos y respiro hondo.

—Jacaerys, eso no importa.—dijo acercándose más a su hermano—Lo que realmente importa es que somos Targaryen, tenemos la sangre de nuestra madre la princesa y la del rey Viserys por nuestra venas. Eso es lo único que deberíamos importarnos, somos jinetes de dragones. Pueden cuestionar nuestra legitimidad Velaryon pero lo Targaryen es seguro en nosotros.

—Tú tienes la sangre del abuelo es por eso que te ama incondicionalmente, pero nosotros...

Esa mueca en el rostro de su hermano no le estaba gustando a Luke ¿Qué rayos paso para que su hermano tenga esa especie de rencor que antes no había visto en él?

—¿Qué ha pasado mientras yo no estaba en palacio?—interrogo.

—Nada importante, solo que la guerra en los Peldaños de Piedra a cambiado todo.—susurro él mirando al frente, su mirada posándose en el extenso mar.

—Jace...

—Ni importa, Lucerys. Ya esta hecho, no hay nada que puedas hacer por más que ahora seas el rey de los sietes reinos. Hice mis votos y lo respetare hasta que me muera.

A Lucerys Velaryon se le revolvió el estomago al escuchar a su hermano hablando de su muerte como si estuviera hablando del clima. Daba gracias a que Jacaerys estaba mirando el mar y no vio como su hermano menor se ponía pálido del recuerdo que sintió cuando vio a su hermano morir de aquella manera, la que peor sufrió fue su madre. Después de la muerte de Jace su madre enloqueció por completo haciendo que su corazón se endureciera en el odio y la ira.

Hasta él, que ya estaba en el otro lado dio un grito de terror y dolor, el pánico y el miedo se arremolinaron dentro suyo cuando los saetas penetraron el cuerpo de su querido hermano mayor.

Luke cerros los ojos ante el recuero y pensó: No. Sobre mi cadaver.

—Tú no vas a morir.—dijo con dureza y muy seguro. En cambio, Jace le lanzo una sonrisa sarcástica, algo que heredo de su padre Daemon.

—Lucerys, creo que te estas equivocando. Por más que seas el rey de Poniente, no puedes impedirme morir cuando sea el momento.

—Puedo y lo hare, sin importa el costo.—por primera vez en todo el día Jace lo miro. Y No, no lo miro hostil, ni con odio, ni con rabia. Era la mirada que le daba cuando eran tan solos unos niños sin problemas, esa mirada que hacia revivir el corazón a Luke, aun cuando él ya estaba muerto. Recordarlo fue un consuelo muy apreciado para él.