-Llegamos tarde por tu culpa. -protestó Oboro. Él rodó los ojos exasperado. Tenía el cabello peinado hacía arriba, de un tono azulado, igual que sus ojos. Había decidido un cambio en su peinado a último minuto y no le quedaba nada mal.
Hana estaba agarrada a su espalda mientras sobrevolaba la ciudad, ambos apoyados en una pequeña nube. Ella sentía el viento despeinar su cabello, a diferencia de su hermano, el suyo era blanco, en ocasiones parecía espumoso, como una nube pero rara vez ocurría, solo cuando no controlaba sus emociones.
-No te quejes porque no ha sido únicamente mi culpa ¿quién ha decidido peinarse en el último minuto?
Oboro sonrió divertido, le gusta ver a su hermana irritada y a veces se irritaba con demasiada facilidad.
Ellos eran hermanos mellizos, nacieron el mismo día tan solo unos minutos separaban ambos nacimientos. Hana era 10 min mayor que Oboro, y siempre usaba eso de excusa para hacer lo que quería, pero sobre todo, protegía a su hermano. Era la hermana mayor y sus padres le habían dejado claro que su deber era cuidar a Oboro. Hana, con el tiempo había desarrollado un carácter fuerte, se tomaba su papel muy en serio hasta el punto de olvidarse de sí misma. Oboro era demasiado alegre, a veces incluso tonto. Sentía que debía protegerlo de las maldades de los demás.
Su padre una vez les dijo, "las amistades siempre vienen y van, pero vosotros sois hermanos y siempre os tendréis el uno al otro". Aquellas palabras le hizo comprender que debía cuidar de su hermano.
Llegaron tarde a clase, aunque eso era de esperarse. La academia era mucho más grande de lo que ambos imaginaron y acabaron perdidos. Cuando encontraron su clase el profesor ya estaba dentro, los miró con desaprobación y les hizo un gesto para que se sentasen. Menudo inicio de curso, pero aún podía remontarlo, se dijo Hana mentalmente.
Ella camino hacia su asiento. Los alumnos estaban separados en mesas distintas y se organizaban en filas verticales de dos mesas. Se sentó al lado de una chica de cabello oscuro y gafas. Intentó concentrarse en lo que el profesor estaba hablando pero era difícil, estaba en la academia de héroes, en su primer año. Se había esforzado tanto por llegar allí que ahora no sabía qué hacer. Había visto a los héroes por televisión, incluso los había visto en la calle ayudando a las personas desde tareas muy sencillas como bajar a un gato de un árbol hasta deteniendo a unos ladrones que acababan de robar un banco. Oboro se sentía emocionado, para él aquellos héroes eran todo lo que él deseaba ser. Aunque nunca se lo había dicho a su hermana siempre había querido ser un héroe, desde niño se había imaginado acompañando a las abuelitas a cruzar la calle o encontrando objetos perdidos, le daba igual, él solo quería ayudar. Hana, al principio, durante su niñez, no sentía aquella fascinación por los héroes, aquello había comenzado en la secundaria cuando todos sus amigos y su hermano hablaban sobre eso. Para ella, la fascinación no estaba solo en lo que hacían los héroes si no en lo que realmente representaban. Eran libertad. Podían usar sus habilidades para hacer el bien y tenían esa libertad de poder hacerlo con una justificación.
Hana apenas usaba sus habilidades, no las consideraba muy útiles ya que era muy destructivas si perdía el control. Pero, ¿Qué clase de hermana sería si no apoyará a su hermano?
"Seremos héroes juntos. Formaremos nuestra propia compañía y salvaremos a las personas." Recordaba aquella frase con total claridad, tan solo unos meses atrás Oboro le había dicho esas palabras cuando ella propuso estudiar para la academia U.A. y él estaba tan ilusionado.
Ahora mirando al resto de estudiantes que había, se sentía feliz y orgullosa de haber llegado hasta allí. Sin embargo, no podía evitar pensar en la mayoría de estudiantes que había,... se veían fuertes y poderosos... Se miró a sí misma y sentía que no destacaba entre ellos. Era como si no debiese estar ahí ¿Cómo iba a competir contra ellos?
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Antes de la Tormenta (Shota Aizawa x oc) *Libro 1 de la saga Tormenta*
FanfictionCuando todo parece perdido. Cuando todo llega a su fin. ¿No es normal pensar en todo lo que has vivido? Hana no puede evitar recordar todas las historias y aventuras de su vida. Algunas mejores que otras. Es irónico como al echar un vistazo atrá...