El duelo.

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Sabía que ese día habría un torneo, sabía que la evaluarían y que debía pelear con algún compañero de su clase

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Sabía que ese día habría un torneo, sabía que la evaluarían y que debía pelear con algún compañero de su clase. Nemuri Kayama la había avisado con varios días de antelación. La idea era ver que podían hacer y cómo podían mejorar, tenía sentido, pero no podía evitar sentirse nerviosa. A pesar de que su rostro estaba serio en realidad por dentro se sentía como un manojo de nervios. Ella solo deseaba que su rival no fuera su hermano. No solo no se sentía capaz de herirlo, sino que además, ambos habían entrenado juntos y por tanto conocían sus movimientos. Mucho antes de que hicieran el examen para entrar en la academia ambos hermanos acudían regularmente a unas clases de defensa personal.

Hana recordaba como al principio era muy reticente, en aquella clase solo había niños y chicos que la miraban burlones y sonreían con superioridad... Los odiaba. Oboro desde siempre había sentido una fascinación por los héroes. Ella estaba segura que si no se hubiera convertido en héroe, hubiera sido un vigilante. Recordaba como su hermano la arrastró a la primera clase, solo lo miraba como una espectadora más. Él no quería dejarla sola en casa, no sabía que en realidad su padre le había dicho a su hermano que cuidara de ella.

-Este mundo es muy peligroso y cruel así que tenéis que apoyaros y cuidaros mutuamente ¿lo prometes? -dijo su padre, agachado mirando a Oboro. Él a pesar de ser aún un niño asintió.

-Nunca dejaré que se quede sola.

Oboro cumplió su palabra cada minuto de su vida.

En aquellas clases de defensa personal enseñaban a chicos, mucho más grandes que ellos cómo detener a un atacante. A pesar de que existían los héroes y los vigilantes no era seguro que estos pudieran llegar a tiempo, así que nunca estaba mal aprender a defenderse uno mismo. Hana miraba con detalle cada movimiento. Nunca había sentido atracción por la idea de ser un héroe ni por la lucha. A ella le gustaba dibujar y leer, pero ver aquellos movimientos y como peleaban era como verlos bailar. El profesor se dio cuenta de cómo los miraba y en más de una ocasión la invitó a participar. Finalmente se animó cuando no había ningún chico en clase. Ella practicaba en casa los movimientos que veían y cuando todos los chicos se iban practicaba con su profesor hasta que tuvo la confianza como para ir a clase.

Las caras de aquellos chicos cuando ella retorcía su brazo y los golpeaba hasta hacerlo caer al suelo sin duda era lo mejor. Ellos no se esperaban para nada aquello, no solo que supiese más que ellos a pesar de ser más joven, sino que era mejor. Oboro simplemente se reía y aplaudía. Subestimaban su determinación, algo que siempre estuvo ahí, como una pequeña llama que siempre iba creciendo. Ella quería más, más conocimiento, más fuerza y poder, ser la mejor, que la reconociese por ello... Siempre estaría eternamente agradecida no solo a su hermano sino también a ese profesor que insistió tanto con ella. Quizás sin esas clases jamás habría llegado donde estaba ahora...

El gran día había llegado, el torneo estaba a punto de comenzar, se encontraba delante de su rival, a unos minutos de comenzar la lucha en uno de los amplios gimnasios. Shota Aizawa estaba frente a ella, llevaba su traje negro y aquellas extrañas vendas a su alrededor. Hana llevaba su traje, también oscuro y una lanza plateada y larga en su mano. Los extremos no estaban afilados para no provocar grandes daños. Ese arma le permitía atacar y tomar distancia con rapidez. A pesar de que ella tenía un quirk, no le gustaba utilizarlo en exceso, no lo controlaba muy bien y prefería usarlo poco. A pesar de no usar su don había conseguido llegar hasta ahí, así que eso era algo admirable.

Antes de la Tormenta  (Shota Aizawa x oc) *Libro 1 de la saga Tormenta*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora