Historia 10- El festival cultural

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El festival cultural era el momento ideal para los alumnos del curso de apoyo y otras áreas como la clase general. La clase de héroes podía lucirse en el festival deportivo pero en el festival cultural los protagonistas eran otros. Las creaciones de aquellos del curso de apoyo podían lucirse ahora más que nunca. Gente de fuera vendría a verlos, así que las otras clases preparaban actividades normales, como teatros, actividades lúdicas para entretener,... Todo con el objetivo de atraer a un público. En esta ocasión, su clase había decidido hacer un maid café en el interior de varias aulas.

Hana no supo de quién fue la idea pero Oboro estaba entusiasmado, quería ver a las pocas chicas que había en clase con aquellos vestidos, olvidandose que los chicos también debían ir de mayordomos. La mayoría de la clase eran chicos, así que se decidió el maid café casi por mayoría absoluta.

Hana estaba corriendo por el pasillo cargando unas enormes cajas. No le agradaba la ropa que llevaba, el vestido le parecía demasiado corto y ni siquiera sabía servir café. Pero solo tenía que tomar nota de los pedidos y aquello no parecía tan difícil. Entró en el aula y Nemuri llevaba exactamente el mismo vestido negro y blanco, pero se había desabrochado algunos botones del pecho, dejando un escote pronunciado. Nemuri se veía sexy y sensual, no podía negarlo. Todos la miraban y ella se sentía feliz con eso, le gustaba cuando la atención estaba puesta en ella. 

-Déjalo por ahí, y prepárate que vamos a abrir.

Hana asintió y dejó la caja con alimentos en una taquilla. El aula donde se encontraba se había transformado en una cafetería improvisada. Había varias mesas colocadas estratégicamente lo más cerca posible de las ventanas para que pudieran ver el exterior, donde había pequeños puestos de artículos, comida, juegos y sobretodo tecnología extraña. Un biombo de papel separaba el aula en dos, tras él estaba la comida y la bebida que ofrecian. La gente empezó a acudir y las chicas y chicos hacían los pedidos.

-Necesito una porción de tarta de fresa. -pidió Hana asomándose por el biombo.

Aizawa alzó la mirada, le había tocado en la misma aula. Intentó no mirarla demasiado pero era extraño verla con ese vestido. Él paso la porción de tarta y ella lo agarró. Tampoco quería mirarlo demasiado. Verlo en traje y tan formal, también era extraño para ella, su mente empezaba a pensar cosas extrañas, lo sexy que se veía, lo varonil, lo atractivo... Ella agitó la cabeza alejando esos pensamientos peligrosos y dejó la porción de tarta en la mesa.

Para no cansarse demasiado, los alumnos se intercambian entre ellos, así que Hana no podía dejar de mirar el reloj sabiendo que cada vez quedaba menos para salir y poder disfrutar del festival que era lo que en verdad le interesaba. 

Oboro se asomó por la puerta, con un traje negro y blanco, igual que Aizawa pero en su hermano parecía fuera de lugar, se veía raro, en mal sentido.

-Podéis salir a pasear juntos. Ahora mismo no parece que haya muchos clientes, Oboro y Hizashi os cubren. -dijo Nemuri con una sonrisa amable, que parecía esconder otras intenciones. 

Hizashi se asomó detrás de Oboro agitando su mano, también se veía extraño en traje. Hana alzó una ceja confundida por la oferta y miró a Aizawa. Si él también estaba libre le vendría bien compañía.

-¿Te apetece ver el festival? -Hana tenía las mejillas rojas pero al menos su oferta había soñado casual y normal.

Aizawa asintió. También sentía curiosidad por lo que otros alumnos tenían preparado. Aunque aquel festival se organizaba todos los años y se permitía la entrada de personas de fuera, lo cierto es que nunca había tenido ni las ganas ni el tiempo para acercarse así que para él era la primera vez que iba al gran festival cultural de la UA. Hana también se sentía emocionada aunque lo ocultó, si por ella fuese hubiera agarrado la mano de Aizawa y tirado de él hacía todos los puestos. Sin embargo, sus ojos brillaban por la emoción y el sol brillaba como nunca en el cielo.

La relación que había entre Hana y Aizawa era extraña, los dos no eran de tener grandes conversaciones, no hablaban mucho y sin embargo, parecían entenderse bien sin necesidad de palabras. Shota había aprendido en aquellos meses a leer sus expresiones y su lenguaje corporal, y Hana era capaz de ver a través de sus ojos lo que otros no podían. Pero aún quedaba mucho por conocer, por entender el uno del otro. 

Hana se paró en varios puestos para mirar, Aizawa solo caminaba mirando a su alrededor. Un juego le llamó la atención, era un lanzamiento de aros que parecía simple. Ella se dio cuenta de ese interés. 

-¿Quieres probar? -preguntó Hana. En realidad ella no necesitaba una respuesta. Aizawa no le dio tiempo a hablar, ella ya sabías cerca acercado al puesto y había pagado. 

Tenían cinco aros cada uno y si conseguían que todos entrasen en aquellos palos ganarían un premio. Parecía sencillo pero no lo era, había que tener puntería y mucha suerte. Hana lanzó el primero y golpeó el palo pero no entró, no fue hasta el tercer aro cuando comenzó a tener mejor puntería. Hana arrugaba su frente concentrada y sonrió cuando vio que conseguía mejorar. Estaba pillando el truco a esto del lanzamiento del aro. Aizawa la miró apretando los labios. Normalmente él era un chico solitario, callado y reservado, pero desde que llegó a la academia toda su vida había cambiado, ya no estaba solo, siempre tenía un amigo a su alrededor. El silencio que siempre lo envolvía no existía, por qué ahora sus amigos se encargaban de llenarlo. Oboro, Hizashi y Nemuri, todos eran sus amigos pero Hana... no se sentía igual que con el resto. Se sentía confuso y desorientado, no entendía porque su corazón latía tan rápido cuando estaba cerca de ella, ni por qué no podía dejar de mirarla aunque no estuviesen cerca. Puede que aquellas emociones fuesen nuevas, pero se sentía bien... No sabía que sería de él en el futuro aunque tenía claro que no quería dejar morir esos sentimientos que tenía por primera vez.

Aizawa volvió a la realidad cuando una campana sonó. Hana había perdido su primer intento con los cinco aros, pero había utilizado los de él para un segundo intento y esta vez había ganado. Ella miró los premios que le ofrecían y señaló un objeto. Un peluche pequeño de un gato negro durmiendo.

-Se parece a ti. -bromeó ella con una sonrisa y estiró su mano hacía él para darle el peluche. Lo había conseguido con sus aros así que para ella tenía sentido que el peluche fuera suyo. 

Él ni siquiera podía molestarse por la broma.  Hana sonreía mientras le ofrecía el peluche y él lo aceptó. Desde que la  conocía la había visto sonreír poco, pero cuando la hacía... merecía la pena.

Hana sabía que no era buena haciendo amigos, que podía ser molesta y grosera en algunos momentos pero Aizawa parecía estar siempre ahí, parecía apoyarla con su presencia sin necesidad de palabras vacías, por eso se sentía cada vez más libre, confiada y cómoda. Ella agarró el brazo de Aizawa y tiró de él hacía el siguiente puesto. Vieron todas las creaciones de los alumnos de apoyo, participaron en algunos juegos, incluso Aizawa la invitó a un bollito relleno de pulpo. Hana se sentía feliz mientras comía, era fácil de contentar con la comida. 

Mientras ellos dos disfrutaban, un pequeño grupo de tres los observaban escondidos. Todo parecía seguir su plan. 

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⏰ Última actualización: Dec 24, 2022 ⏰

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Antes de la Tormenta  (Shota Aizawa x oc) *Libro 1 de la saga Tormenta*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora