Uno

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—Como desearía ser alguien especial para Jimin— comenta Lia, en un tono triste, viéndolo fijamente.

—Yo para Yoongi, eso está claro— comenta nuestra otra amiga, imitando su acción.

Por mi parte decidí guardar silencio, no suelo comentar quién me gusta o no, y ellas no saben que quien me gusta es Taehyung, o no sé si lo habrán notado.

—¿Lara, estás bien?

Llama mi atención la castaña, rápidamente llevé mi mirada a ella.

—Sí, lo estoy— asiento sin expresión.

—No parece— añade.

—Sí lo estoy, sólo, ¿Podemos dejar de hablar de los deportistas?

—No seas aburrida, míralos, aprecia esa arte— invita Mica.

—No están haciendo más que lastimarse.

—Nah, estamos claras de que nunca llegaremos a ellos, pero bueno, me gusta imaginar cosas con Park— sonríe como boba.

—¿Quién dice que no es posible? ¿Ya vieron a Génesis?

—Génesis es novia de Jungkook desde hace un tiempo, Mica— recuerdo— no sé, es un caso diferente. Aparte, Jungkook es un gran chico.

—¿Quién sabe si ellos también sean gran chicos, Lara?— indaga segura— no seas pesimista, anda, de seguro te gusta uno de ellos.

Bajo la mirada.

—No.

Ambas abren los ojos sorprendidas y observan hacia donde se encontraban sus amores platónicos.

—¿Acaso te gusta Jimin, o Yoongi?— intenta adivinar Lia.

—¿Y no lo has dicho para no hacernos sentir mal?— añade la acompañante.

Aprieto mis labios y niego con la cabeza.

—No, no, ninguno de los dos, ni Jungkook tampoco, para que ni pregunten.

—Entonces.. ¿Kim Taehyung?— ríen creyéndose que era una broma, pero al notar mi silencio callaron.

—Espera, quien calla otorga..— recuerda la castaña y su mirada se vuelve sorprendida— ¡te gusta Kim Taehyung!

—¡Cállate!— alzo un poco la voz al notar que lo dijo en un tono audible, y las paredes de la cafetería tienen oídos.

—No lo puedo creer— sonríe ampliamente— picarona.

—No, no, no creas cosas extrañas, Lia.

—Está bien creer cosas raras, bebé— responde Mica— pero el problema es el siguiente; Kim Jisoo.

—El problema no es Jisoo, el problema soy yo— observo a la pelinegra que se ha vuelto el tema de conversación— ella es muy bonita, y pues.. se ve que a Kim le gusta mucho. Hacen bonita pareja— sentía una molestia en el pecho a la hora de admitir esas cosas, pero era la verdad.

¿Yo comparada con Kim Jisoo? Es como comparar a una reina con una plebeya, nunca mejor dicho.

Una reina.. pero estamos hablando de Maléfica.

—Me dan asco, ¿sabes? A leguas se nota que él no la quiere de la misma forma. Y no lo culpo, ¿quién podría querer a esa bruja?

Llevé mis ojos hacia ellos dos, donde, como bien explicó Mica, se veía una diferencia de ánimos, pero algo que era común de ver.

Ella le sonreía y era un poco empalagosa con él, mientras que el contrario observaba su celular con una expresión seria, casi ignorándola.

—Quizás sólo sea frío, ¿no crees?— justifico.

—¿Frío? Eso es ser horroroso.

—No podemos juzgar sin conocer, Micaela.

—Me importa tres pepinos esas mierdas de que no debemos juzgar. Estoy viendo claramente que él no la quiere— contraataca.

Por un momento desvié mis ojos hacia Park Jimin, quien por un momento miró hacia nosotras y una sonrisa tímida escapó de sus labios. Sorprendida miré a Mica, pero luego a Lia, quien parecía perdida en un poderoso contacto visual con el jugador de baloncesto.

Codeando a mi amiga, le señalé disimuladamente el ambiente formado por ellos dos, y ella rápidamente imitó mi acción viéndolos a ambos, no pudo evitar sonreír emocionada.

—¿Lia?

La última mencionada parpadeó varias veces, volviendo en sí y luego nos observó.

—¿Qué ocurre?— indaga.

—¿Qué fue eso?— susurro.

—¿El qué?

—Ya sabes.. tú.. y..— justo llevando nuevamente mi mirada hacia Jimin, ya él se había desplazado hacia otra parte, lo habíamos perdido.

—¿Dónde está?

—¿Dónde está quién? ¿Qué ocurrió?— perdida preguntaba mi amiga castaña.

¿En serio, estaba soñando despierta?

—Que tú, señorita, estabas haciendo contacto visual con Park Jimin, o sea, tu amado— expliqué detalladamente.

Lia abrió los ojos sorprendida e inmediatamente sus mejillas se tornaron rojas.

—¿Realmente pasó?

—¿Qué?— pregunta riendo nuestra amiga.

—Creí que sólo lo había imaginado— cubre su rostro con sus manos, acto que nos pareció tierno, por lo que sonreímos.

—Nada es imposible, ni nadie inalcanzable, pequeña— Mica coloca su mano sobre su hombro y da una palmadita— pero no seas gusana, y actúa. Ya él te miró y sonrió, anda.

—Quizás sólo sonrió porque se quiso burlar.

—No seas pesimista, pequeña, nadie es inalcanzable, ¿vale?

Miré hacia allá, viendo nuevamente a la pareja más envidiada de la escuela, suspiré cansada.

Nadie es inalcanzable— repetí en un tono bajo.

—Bueno, crías mías, ¿no piensan comer hoy?— comenta burlonamente nuestra "hermanita mayor", lo cual nos hizo sonreír.

Love Symptoms •KTH •Where stories live. Discover now