Capítulo 9

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Wooly aterrizó con fuerza en la plataforma de la puerta de entrada. Sobresaltado, empujó a sus jinetes, arrojando a Thor y Loki al suelo. Lo siguiente que supo Loki fue que había una espada en su cuello mientras muchos hombres rodeaban a Thor para separarlos. Pero Thor todavía estaba bajo su control, y luchó contra su gente para proteger a Loki de cualquier daño. Heimdall era el que sostenía su espada contra el cuello de Loki, y Thor le apuntó a Mjolnir para protegerlo. Pero una luz amarilla brillante llenó la puerta de entrada y Thor cayó al suelo dormido. Frigga corrió al lado de su hijo, eufórica de verlo, sano y fuerte después de tantos meses de separación.

—Lleva a mi hijo al carruaje ya este a las mazmorras.

Durante siete días, Loki se sentó solo en su celda antes de que alguien lo visitara. Frigga bajó al calabozo para hablar con él.

—Hola —dijo, cruzando las manos frente a ella mientras evaluaba a Loki en su celda.

—Hola. ¿Puedo ayudarla?

La sonrisa de Frigga fue menos divertida.

—Soy la madre de Thor.

—Su Alteza, Reina de Asgard, Suma Sacerdotisa del Templo de Vanaheim, Suma Bruja de la Casa de Freya. Soy su Alteza el Príncipe Loptr Loki Laufeyson. Comúnmente llamado Loki. ¿Qué puedo hacer por ti?

—No estoy fortalecido con el encantamiento que le pusiste a mi hijo. He pasado por todos los hechizos que conozco más algunos nuevos y, aun así, no puedo romperlo.

—Y ha mantenido a su hijo sedado todo este tiempo.

—Lo sentiste, ¿verdad?

—Debes estar agotada, manteniéndolo así durante siete días seguidos.

—Lo estoy y por eso estoy aquí. ¿Qué necesitas para liberar a mi hijo de tu prisión?

—Tendrás que liberarme de esto para empezar. Y hacer ciertas garantías con respecto a mi salud y seguridad.

—Mi esposo está desesperado por tener su cabeza en una pica —Frigga le sonrió a Loki, con demasiada dulzura.

—¿Él lo está ahora?

—Te haré este trato. Ni la muerte, ni el encarcelamiento ni la tortura te encontrarás mientras estés aquí en Asgard.

—Suena justo. Qué ingenioso cambio de expresión —dijo. Frigga sonrió de nuevo, con respeto.

—Recibí tu carta hace unos meses. Me dio algo de consuelo, aunque solo sea por poco. Thor estaba a tu merced. Si pide justicia, se la concederé.

—¿Entonces Thor sería mi juez, jurado y verdugo?

—Esa es la idea.

—Entonces te haré un trato. A cambio de liberar a tu hijo de mi encantamiento, ayudarás a Thor a colocarme bajo el mismo encantamiento. Roles inversos —dijo. Frigga no sonrió esta vez. Sintió que le estaba dando a Loki precisamente lo que quería, lo que la puso nerviosa. Pero ella también estaba perdida. Ninguno de los eruditos de Vanaheim ni Alfheim sabían cómo romper el hechizo, y si Thor despertaba, no había forma de saber qué le ordenaría a Loki que se hizo.

—Lo discutiré con mi esposo y tomaré una decisión. Vuelvo enseguida —se volvió para salir tan regiamente como había entrado. Su discusión no apareció mucho, en menos de una hora que ella apareció. Odín estaba con ella. Caminaron por el pasillo junto con un séquito de soldados en su estela, un trozo de cadenas repiqueteando a medida que avanzaban.

—Hmm, pervertido —dijo Loki mientras veía su nuevo juego de joyas.

—Usted puede ser un trato con mi esposa para liberar a mi hijo.

Sé libre amado corazón - Thorki -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora