Sé libre amado corazón - Thorki -

Capítulo 10

A la mañana siguiente, Loki no mencionó el arreglo para dormir de la noche anterior. Pero le dijo a su maestro que tenía hambre.

—¿Qué tipo de alimentos vienen en el desayuno, maestro?

—Por lo general, jamón o tocino con huevos, medio litro de cerveza, pan y queso.

—¿No hay peces, maestro? ¿Sin verduras guisadas? ¿Hay al menos un caldo?

—Le ordenaré al cocinero que lo haga. No tendrá el mismo sabor que en Jotunheim, pero creo que de todos modos lo disfrutarás —Thor ya estaba comenzando su rutina matutina. La que Loki le había operado para hacer mientras vivía en Jotunheim. Despierta, báñate, vístete, ven. En ese orden, todos los días, sin variación. Entonces, cuando alguien llamó a la puerta, lo sacó de su rutina y se dio cuenta.

—Creo que comeré primero hoy, mientras sigo usando mi ropa interior —la costurera del palacio entró con una pequeña pila de prendas destinadas a Loki—. ¿Qué son estos?

—Su Majestad seguramente esto para su esclavo, Alteza —Thor recogió la sencilla ropa gris y la inspeccionó. No tienen adornos, excepto por la gran runa bordada en la espalda, la runa para esclavo.

—No, no los está usando.

—¡Pero Alteza, Su Majestad seguramente que usará ropa con esta runa exhibida en todo momento! No puedo desafiar a su padre.

—Hablaré con él sobre el asunto. Mientras tanto, haz que su ropa le quede bien a un príncipe. Borda esta runa si es necesario, pero serán tan finos como la ropa que usé en Jotunheim. Flores rojas con cordones dorados en los bordes de cada pétalo. Asegúrese de que las flores combinen con el mismo tono de rojo de sus ojos. Y quiero que el corte de su ropa sea largo y conservador. No quiero que todos en la corte miren lascivamente a mi compañero de cama.

—Sí, Alteza.

—Además, envíe al paje cuando se vaya. Necesito pedir el desayuno —la ropa de Loki tardaría unos días en hacerse, por lo que fue relegado a las habitaciones de Thor. Durante el día, Thor pasó un tiempo volviendo a su antiguo ritmo de vida. Y al final de su primera semana en casa, Odín convocó a Thor para un informe.

Llamó a la puerta del estudio de su padre y entró. La pequeña habitación era el lugar favorito de su padre para trabajar y pensar en los asuntos del reino. Metido detrás de su gran escritorio, Odín parecía demacrado y frágil.

—Mi hijo. Tengo muchas preguntas que hacerte. Sobre Jotunheim, sobre tu carcelero y sobre el ataque que ocurrió en el campo —dijo—. ¿Cómo aparecieron exactamente tus hombres? ¿Cuál fue la naturaleza del ataque?

Thor pensó por un momento. ¿Honestamente no lo sabía? ¿No lo había visto Heimdall? considerando sus opciones, tomó un riesgo significativo y decidió mentir.

—Subieron a través de la nieve y nos atacaron en nuestras camas y me llevaron cautivo.

—¿Y entonces Loki te encantó, supongo?

—Si.

—¿Y qué hay de Jotunheim? ¿Qué aprendió que ayudará a nuestra próxima campaña?

—Aprendí que sus hijos son encantadores, que sus hogares están bien diseñados, que su gente trabaja duro por lo que tienen y que debemos dejarlos en paz.

—¡Cojones! —Odín se levantó de su silla, con la cara roja. Las venas le palpitaban en las sienes—. No eres libre. Él todavía tiene el control de tu mente, incluso ahora.

—Me mostró un punto de vista diferente. ¿Para qué los estamos invadiendo? No es que necesitemos el dinero.

—La guerra es lo que hacemos. Todo nuestro oro, nuestra riqueza provino de otros mundos.

—¡Tenemos suficientes! Basta de esta avaricia. Padre, tenemos suficiente dinero para darle prosperidad a nuestra gente durante 10,000 años.

—Pero no la tierra. Tenemos demasiada gente y no hay suficiente tierra para albergarlos a todos, Thor. La guerra es necesaria para recortar nuestra población, no sea que crezca en exceso.

—¿No podemos simplemente darles a las mujeres una poción para la infertilidad?

—¡Eso no viene al caso, Thor!

—Realmente no. Y, además, ¿pensé que había perdido 10.000 hombres más además de mis pérdidas? 20.000 soldados son una gran pérdida para nuestro pueblo. Las mujeres superan en número a los hombres dos a uno en este momento.

—¿Qué sabes de eso? ¡Nunca ha gobernado! Nunca luches con la multitud enojada. Que las mujeres den a luz una docena de hijos y los envíen a la guerra. Con solo dos regresando a casa, te elogiarán como un rey guerrero sabio y noble. Diles a las mujeres que se tomen un tónico y cierren las piernas y te maldecirán como un tonto.

—Solo porque hemos afectado a nuestra gente para que acepten la guerra y la muerte sin fin como una forma de vida normal. La paz... es mucho mejor.

—Esa criatura azul te clavó sus ganchos en tu carne. No puedo vencerlo ni matarlo, pero ¡por las Nornas, lo haré pagar!

—Él es mío para castigarlo. Es mi derecho y es la ley. Y le diste a Loki tu palabra de que lo tratarían de la misma manera en que me trataría a mí. Cumpliré esa promesa.

—¿Y exactamente cómo te trató, Thor? ¿cuántas veces ese monstruo te seguro que te arrodillaras y lo chuparas? Incluso ahora, tu mente está débil. ¡Marcado por sus abusos! Y lo defiendes.

—Loki no hizo tal cosa. Nunca me maltrató y no lo tocó. Su encarcelamiento es mío para dictarlo.

—¿Te... te enamoraste de él? —Odín miró con incredulidad a su hijo.

—Quizás. No he ordenado mi mente para estar seguro. Pero ¿es tan terrible que un príncipe se enamore de otro? En lugar de hacer la guerra, podemos forjar una nueva relación política.

—Te has vuelto suave.

—Él ganó sabiduría.

—Eres un chico estúpido. Ve a decirle a Yorely que te dé cinco latigazos —Odín se sentó y comenzó a escribir en su pergamino nuevamente.

Thor tardó un momento en procesar lo que acababa de decir su padre.

—¿Yorely? Padre, ¿estás siendo gracioso? —miró lo que Odín estaba escribiendo y sus ojos se agrandaron—. Padre, Yorely murió hace 20 años.

—¡No discutas conmigo! —Odín agitó su brazo con ira irracional. El pergamino estaba lleno de galimatías. Thor salió precipitadamente del estudio de Odín y corrió a buscar a su madre. Ella estaba en su salón, tejiendo y bebiendo té.

—¡Madre! Debo hablarte de mi padre. Creo que se ha vuelto loco.

—¿Qué viste?

—Discutimos sobre Jotunheim y Loki, y luego me dijo que buscara a Yorely para recibir latigazos. Su escritura es incoherente.

—Ay querida. Ha empeorado.

—Pero ¿qué vamos a hacer?

—He estado impidiendo drogarlo, pero creo que ha llegado el momento. Tendrás que hacerte cargo de gobernar mi hijo. Las quejas de su asesor han ido en aumento últimamente, pero no podía admitir que había un problema hasta que haya regresado sano y salvo a casa. Sé que necesitas descansar, pero tu padre no es apto para el deber. He continuado haciendo lo que puedo, pero mi repentina presencia en las reuniones del consejo sin duda se notará.

—¿Qué necesito hacer?

—Mantendré dócil a tu padre. Solo necesitas llenar el vacío.