Dulce engaño

955 82 6
                                    


Mikey, aquel inolvidable apodo, por unos segundos supiste que tu vida quizá estaría por terminar, pensaste en todos los asuntos que llevabas en tu trabajo, en tu mente jamás habías llevado algo de su pandilla.

- Así que...¿Querías dejarme?, bien, te daré una lección que nunca vas a olvidar.

Sentiste al chico cargarte y acostarte en una cama, tu cuerpo dejó de forcejear cuando sentiste que se subió subió ti.

-Para lo que voy a hacerte necesitare quitarte estas ataduras, si intentas algo estúpido como irte o poner resistencia, sabes de lo que soy capaz, su cálida respiración te estremecía, el tono ronco de su voz por la excitación era glorioso.

El chico empezó a quitar las ataduras de tus pies, después quito las de tus manos. -Creo que no tengo ganas de escucharte o ver tu jodida cara, dejaremos esto por el momento-

Escuchaste como bajaba el cierre, no sabias si era una chaqueta o la cremallera de su pantalón, pero después de un minuto, sentiste sobre ti el contacto de solo piel, se sentía cálida.

Sentiste metal frío por tu blusa, no sabías de qué se trataba hasta que la voz del chico lo dijo: -No te muevas, no quiero cortarte, aun- con un cuchillo fue desgarrando lentamente tu ropa para quitarla, solo te dejo en bragas y sostén, aquellos eran color rosa de palo, con pequeñas flores y encaje en los bordes.

-Jamás había visto ese conjunto, ¿Lo compraste para mi o estabas de zorra con alguien?- tomó tus manos e hizo que acariciaba su abdomen lentamente, pudiste sentir todo perfectamente marcado, seguiste bajando hasta llegar a su polla, la cual estaba erecta, intentaste quitar las manos de inmediato, pero te hizo ponerlas de nuevo sobre él.

-Masturbame- obedeciste, con las manos temblorosas empezaste a masajear la grande polla del chico, arriba-abajo, con uno de tus dedos hiciste círculos en su cabeza, no tenías idea de que hacer, era la primera vez que tocabas a un hombre, jamás pudiste dar ese segundo pasó con tu novio,

-Joder, tus manos son más suaves, continúa así, quiero correrme sobre cada parte de tu cuerpo- después de un par de movimientos más, líquido caliente se vertió sobre tus manos.

-Ya no puedo aguantar más- el chico con ambas manos rompió tus bragas e introdujo dos dedos en tu entrada, quisiste gritar por el inmenso dolor que sentiste, pero tu boca era obstruida por la cinta, empezó a masajear tu clitoris, pasaste de dolor a una nueva sensación, sentiste cosquillas en tu pelvis, tus pezones se comenzaron a poner duros, tu piel se erizaba con cada movimiento, iniciaste un masajeo de tus senos, cada vez lo hacías con mayor intensidad, te diste cuenta del placer que eran los movimientos combinados.

-Mira nada más, te ves deliciosa cuando te tocas para mi, ¿Te gusta?-

De un movimiento y sin avisar el chico retiro sus dedos e introdujo su miembro en ti, el dolor era inmensurable, incluso comenzaste a golpear tu pecho queriendo quitarlo de encima, era doloroso pero a la vez placentero.

-Sabes que me gusta cuando te pones agresiva- Mikey comenzó sus embestidas y estas no eran nada suaves, pasaste de sentir dolor a comenzar con ese cosquilleo en tu pelvis, aunque tuvieras la boca tapada, emitias sonidos como gemidos. El chico subió tus piernas a sus hombros y las estocadas fueron aún más profundas.

-Si no tuvieras esa jodida bolsa te estaría besando, pero tampoco olvido la idiotez que me hiciste- comenzó a acelerar el ritmo, pensaste por un momento que se correría dentro de ti y todo acabaría, pero estabas equivocada, la que terminó corriendose fuiste tu, jamás pensaste que estarías tan empapada.

-¿Quién te dijo que podías terminar antes que yo?, sabes lo que pasará ahora- se separo de ti, por las caderas te dio la vuelta y te coloco en cuatro puntos, e introdujo su polla en ti, sentiste mayor profundidad, tomo tus manos por detrás de tu espalda a modo de someterte y con una mano las sujeto, con la otra comenzó a darte nalgadas sumamente fuertes, todas tus nalgas estaban rojas y entumecidas, las estocadas no eran tan profundas pero iba sumamente rápido.

-Estas sumamente apretada, ya voy a terminar- haciéndolo esta vez fuerte, pudiste sentir su polla vibrar dentro de ti, te estaban llenando de su líquido blanco por completo, arqueaste tu espalda mientras se dejaba caer en ella, sentiste como te besaba por toda la línea de tu columna mientras salía de ti.

-Y dime....¿Aun tienes ganas de irte de mi lado? Puedo darte todo, placer, hacerte la reina de Japón conmigo, pídelo y lo tendras- estabas helada, tu cuerpo apenas se recuperaba de las sensaciones de dolor y placer experimentadas por primera vez.

-Lo olvidaba, tienes tapada esa cara y boca, creo que ahora si tengo ganas de ver tu precioso rostro- Mikey quitó la bolsa que cubría tu rostro y al hacerlo, quedo en blanco, no eras la persona que el pensaba.

-Espera.....¿No eres Ayla?....mierda,
¡KOKONOI! ¡SANZU! ¡PAR DE IMBECILES ELLA NO ES AYLA!-

Te desmayaste, no supiste que sucedió a tu alrededor. Sólo sabias que tu primera vez había sido tomada por la fuerza por el jefe de pandilla más peligroso, temido y buscado de todo Japón.

Reina RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora