Saliste corriendo de la habitación, Germán como pudo levantó su pantalón pero sin poder alcanzarte por su tropiezo con la ropa.
Azotaste la puerta con fuerza, mucha gente alrededor noto el ruido. Sam una de ellas, se alejó de los hermanos sin poder despedirse o decirles algo y corrió hacia ti.
-¡Hey!¿Qué pasa amor?- te siguió mientras tu caminabas a la salida.
-Esa perra..- dijiste mientras tu llanto incrementaba, tu amiga tomó con fuerza tu rostro para que pudieras concentrarte.
-Escuchame, ¿Qué mierda te hizo Sano?-
-¡Fue Ayla Wong!, la perra de su novia, ex novia no se que son, estaba chupando el pito de Germán y....- El rostro de Sam quedó blanco, y sin dejar que terminaras, fue a pedir su auto y te metió casi por la fuerza.
Estabas confundida, hace unos momentos la histérica eras tu.
-Sam, ¿Qué pasa?, me estas asustando-
-Cariño no acabas de medir, la novia del criminal más peligroso de Japón sabe donde encontrarte, sabía quien es tu pareja, y lo peor, no sabemos que cosas ha investigado de ti-.
Era cierto, solo estabas molesta por lo que viste pero no eras tan calculadora como Sam, ahora tenías miedo, te habías metido en un lugar muy peligroso, quitando el terrible fin de semana secuestrada por Bonten, habías decidido buscar a Manjiro, y seguías sin responderte para que necesitabas verlo.
-La ventaja es que rentamos un cuarto de hotel por esta noche pero debemos pensar que hacer, seguramente también sabe de mi existencia-
Te sentías terrible, habías puesto en peligro a Sam, estabas tan sumergida en tus pensamientos que ignoraste por completo los sentimientos reales de tu amiga, pudiste ver como temblaban sus manos al volante.
-Sam, lo siento...- dijiste mientras tocabas su delgada mano, la caricia fue tan suave como si se tratase del ala de una mariposa.
-Calma amor, esta aventura ha sido mi elección, no podía no apoyarte, y aunque no se a donde llegaremos, pero, al menos conocí a dos hermanos sumamente ardientes, si Dios quiere y estamos vivas; los llevare a mi cama, y es una advertencia- contestó tu amiga con una ligera sonrisa.
Los próximos minutos de camino fueron en silencio total, por momentos miraban por los espejos del auto para asegurar que ninguna persona las estuviera siguiendo; al llegar al hotel, sintieron alivio por así decirlo.
Al entrar te tumbaste en la cama como un bulto, Sam se sentó en un pequeño sillón a quitarse los tacones.
-Estuve pensando y el primer paso es.... necesito que me cuentes de esa tal Ayla Wong- en un movimiento te enderezaste y pusiste al día a tu amiga con todo lo que Manjiro te había contado, ella escuchaba atenta, conociéndola, ya estaba formulando un plan A.
-Fiuuuuuu- respondió Sam, mientras se dejaba caer de espaldas al sillón. -Entonces hiciste enfadar a la novia loca, que claramente es capaz de matar gente, pero tiene varios enemigos, como esa pandilla-
-Jamás dije que fueran novios, y si, tiene una enemiga fuerte-
-Cariño, es obvio que ella y Manjiro aun son novios a pesar de todo, ambos conocen la "suciedad" del otro, a veces conviene más para gente como ellos seguir juntos aunque ya no puedan ni verse en pintura, los intereses deben prevalecer, Bonten es más grande que su relación de pareja. Si su manera de sobrellevar todo es castigandose, es su problema, lamento en verdad que te hayas involucrado, pero cierra el ciclo-
Las lágrimas en tu rostro se hicieron presentes, pero Sam tenía razón. Aunque no sabías porque Manjiro te seguía mandando regalos, sabias que no tenía pies ni cabeza nada de esto.
-Lo siento Sam, por un momento pensé, que viviría un cuento de hadas, ¿Sabes?, jamás me he sentido amada, he tenido pésimas parejas-
Sam se paró y se sentó a tu lado mientras te tomaba por los hombros en un cálido abrazo, ella era un lugar seguro para ti.
-Mi niña, todas soñamos con un príncipe, un cuento o algo, pero la vida real es dura, existen personas imperfectas, dolor, pero llegará algo lindo, quizá no el jefe de la mafia, pero, un buen chico, mañana hablamos de que haremos, lo mejor será descansar-
Ambas se fueron a lavar sus rostros y los dientes, pusieron su pijama y se acostaron. Su habitación tenía dos camas de tamaño matrimonial. Sam se durmió en un instante, pero tu no lograbas dormir tan rápido.
Sin darte cuenta, comenzaste a soñar, era la misma escena de la rubia pero en el sillón estaba ahora Manjiro.
-¿Creíste de verdad ser la reina de Bonten?-
-Oh Mikey, es una chica tan patética, no puedo creer que te atrevieras a llevarla a la cama-
-¡Cierren la boca! Manjiro... ¿Y los regalos?-
-Me equivoque, eran para mi querida Ayla-
De un golpe despertaste, y dirigiste la mirada a aquel collar, querías corroborar que no fueran alucinación tuya, aunque por unos segundos dudaste en que realmente fueran para ti.
Te pusiste de pie y fuiste al baño, serviste un vaso de agua y lo tomaste con calma.
-Aun puedo dormir más horas, solo fue un mal sueño-
Al momento de ir nuevamente a tu cama, escuchaste como tocaban la puerta. Un escalofrío terrible recorrió todo tu cuerpo. No podías ni si quiera gritar del miedo que comenzaste a sentir.
-Sam...Sam...- pronunciaste en un tono casi imperceptible mientras una lágrima recorría tu mejilla.
Los toques en la puerta se detuvieron y al momento el teléfono de la habitación sonó, el ruido despertó a tu amiga.
-¿Qué mierda?-
Corriste a tomar el teléfono.
-Déjame en paz- dijiste mientras Sam tomaba tus hombros con fuerza.
-Señorita disculpe, soy Kokonoi, lamento el atrevimiento de llegar hasta sus aposentos, pero vengo con nuestro jefe.....-
-Es Manjiro-
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Reina Roja
FanfictionElla era una chica con una vida normal hasta que su gran parecido con la novia del pandillero más temido y respetado de Tokio, la llevo a envolverse e involucrarse con Bonten. ¿Vivir un riesgo o una vida simple? Ningún personaje me pertenece, esta...