CAPITULO 4

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     Esa noche Jen no hizo otra cosa más que tocar su mejilla, justo en el lugar donde la mano de Sherlock la había tocado, pensaba en ese beso que no fue dado

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   Esa noche Jen no hizo otra cosa más que tocar su mejilla, justo en el lugar donde la mano de Sherlock la había tocado, pensaba en ese beso que no fue dado. Desde niña, no era para nadie un secreto que a la pequeña Jen Whickman le gustaba Sherlock Holmes, todos los que la vieran se darían cuenta, todos menos él, pues por muy bueno que esté fuera en la deducción, jamás pudo ver los sentimiento de la rubia

  Por su lado, a Sherlock jamás le intereso el romance, le parecía algo vano, algo que solo le quitaría el tiempo para lo realmente importante. Aún así, en lo más profunda de sus pensamientos, siempre creyó que si un día se viera obligado a casarse, sin duda elegiría a Jen Whickman como su esposa.

  Al día siguiente Jen se levantó muy temprano para hornear unos pequeños pastelillos, de aquellos que les hacía su madre cuando eran pequeños y ambos comían mientras jugaban a ser detectives, tenía planeado ese día comer unos junto a Sherlock recordando aquella días, ahora como detectives de verdad

  Bueno, al menos Sherlock lo era

  Guardo los pastelillos en una bolsa asegurándose de que no se arruinen, justo cuando terminó escuchó unos toques en la puerta 

– Voy! – grito mientras quitaba su mandil y arreglaba su cabello de forma apresurada, justo antes de salir se vio en el espejo de la puerta notando el ligero rubor que se posaba en sus mejillas con la idea de ver a Sherlock nuevamente – Hola! Que sigue ahora? A dónde me llevará señor detective?

  La sonrisa en el rostro de Jen se fue borrando poco a poco al ver la seriedad de Sherlock

– Mycroft se contacto conmigo, ya encontró a Enola

– oh... – ella no sabía que decir, se sentía mal, no pudo ayudar lo suficiente

– iré a verla ahora, ya esta en la escuela de modales – Sherlock dudo un segundo pero luego reunió todo su valor – ¿Quieres venir? Me gustaría que se conozcan

  Jen sonrío abiertamente, y Sherlock sintió algo raro en el estómago, pensó que tal vez algo le callo mal

– me encantaría

Una vez llegaron la señorita Miss Harrison los llevo asta una sala donde esperarían para ver a Enola. Jen estaba nerviosa, muy nerviosa, ¿Cómo la presentaría Sherlock? ¿Cómo reaccionaria Enola al verla? ¿Le caería bien?

– aquí está – pronuncio Miss Harrison

– tú – pronuncio hacia Sherlock entrecerrando los ojos

– nos permitiría un momento – se dirigió hacia la mayor, quien dando una reverencia y moviendo de forma brusca a Enola salió

  Antes que Sherlock pudiera presentarnos, Enola camino a paso apresurado hacia el, le arrebato en periódico que tenia en sus manos y empezó a leerlo con desesperación

𝐒𝐡𝐞𝐫𝐥𝐨𝐜𝐤 𝐇𝐨𝐥𝐦𝐞𝐬 - 𝙴𝚗𝚘𝚕𝚊 𝙷𝚘𝚕𝚖𝚎𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora