CAPITULO 14

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Décimo Capitulo; Segunda Parte:

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Décimo Capitulo; Segunda Parte:


  Se dirigieron al lugar indicado en el mapa, Jen se sentía como en una búsqueda del tesoro

  Con facilidad, Enola dio con el escondite secreto, encontrando aquellos papeles tan importantes

– están ahí, las pruebas necesarias – Sarah, que en ese momento iba vestida como Cicely, apareció a sus espaldas

– es el contrato, entre Lyon y McIntyre para cambiar el fósforo – Jen sintió un inmenso calor en el pecho, un calor que quemaba

  Por ese estúpido contrato su querida Amelia estaba muerta

– y las páginas del libro que robaste – continúo la castaña – son los nombres de todas las que han matado

– no permitiré que las olviden

– esto prueba que las mujeres mueren por trabajar en la fábrica – la rubia dijo molesta. Enola extendió los papeles a Jen – y siempre estuvieron al tanto

  Una rebelde lágrima cayó de su mejilla, sin embargo, una sonrisa se dibujó en su rostro. Por fin podría hacer justicia por su mejor amiga, y por todas esas mujeres

– le enseñaré esto al mundo, se los prometo – las tres, miraron con una sonrisa tierna a Tewkesbury

– gracias. Y ahora tengo que buscar a William, debíamos vernos hace seis horas – todos se quedaron en silencio, viendo la deslumbrante sonrisa de la ahora pelirroja

  Jen sintió un nudo en el estómago, miró a Sherlock, ella no se sentía con las fuerzas para darle la terrible noticia a la chica, y al parecer los menores tampoco se veían con la intención de destrozar sus ilusiones

– temo que William no va avenir – la voz de Sherlock era fría, pero Jen sabía que no era más que una fachada, y que en el fondo también le dolía tener que dar esa noticia

  Y era verdad, Sherlock se odio por tener que ser él quien revelará la tragedia. No quería ni imaginar lo que significaba que te dijeran que el amor de tu vida había sido asesinado hace unos momentos

– que? – la sonrisa de Sarah se borró al instante, sin querer creer lo que estaba escuchando

– lo siento tanto – Jen sin pensarlo dos veces abrazo a la pelirroja, escuchando los delicados sollozos de la chica

– le dije que teníamos todo lo necesario, que ya era hora de exponerlo, pero... Dijo que a nadie le iba a importar, amenos que tuvieramos a alguien de poder que nos escuchará

𝐒𝐡𝐞𝐫𝐥𝐨𝐜𝐤 𝐇𝐨𝐥𝐦𝐞𝐬 - 𝙴𝚗𝚘𝚕𝚊 𝙷𝚘𝚕𝚖𝚎𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora