CAPITULO 11

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Séptimo capítulo; segunda parte:

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Séptimo capítulo; segunda parte:



  Sherlock se encontraba al borde del colapso, su hermana le habia desobedecido y ahora estaba en prisión, y estaba seguro que no serían amables con ella ahí

– es mi culpa, no debí dejarla ir, menos sola – la voz de la rubia lo hizo salir de sus pensamientos – fui muy egoísta, solo pensé en mi, en estar un momento sóla. Debí ir con ella

– basta – la fría voz de Sherlock la hizo trastabillar – no fue tu culpa, yo tampoco eh sido el mejor hermano

  Jen mordió su labio, sabía que no valía la pena buscar un culpable en estos momentos, pero le era casi imposible no culparse a ella misma

– por ahora lo mejor es ir a buscarla – era impactante lo bien que - cómo siempre - Sherlock ocultaba todo sentimiento y lograba pensar con la cabeza fría

– déjà vu – bromeo ella mientras lo miraba traviesa, aunque  inmediatamente sintió una incomodidad en su estómago al darse cuenta de que quizá no era el mejor momento para bromear

  Sin embargo al ver una tierna sonrisa de parte de él, esa incomodidad paso a convertirme en las dichosas mariposas en el estómago. Su sonrisa era preciosa y no lo podía negar

Durante el camino Jen tocaba sus mejillas, intentando calmar el calor instalado en ellas - calor que atrivuyó  al frío de aquella noche. Aún que estaba claro que no era más que una excusa barata

– señor! – grito un guardia pero ninguno se detuvo – señorita!

– no sean ridículos – una frase que a Sherlock le funcionaba bien, sin embargo está vez no fue así, pues un bastón que Jen reconoció al instante les detuvo el paso – superintendente Grail

– señor Holmes – lo miro burlón

– vine por mi hermana, si arregla su liberación lo apreciaría mucho, esta a mi cargo y es una menor

– y una homicida – una corta frase que enfureció a ambos, pero solo Jen no se molestó en disimular el disgusto en su rostro – ¿o no, señorita Whickman?

– la evidencia que cree que tiene en nuestra contra le aseguro que son falsas – intentó defenderse, pero la realidad es que no sabía cómo, era obvio que la situación no estaba a su favor y no tenía idea de cómo comprobar su inocencia

– oh vaya que tengo bastantes, la vieron discutiendo con la víctima, siguiendo a la víctima, peleándose con la víctima, y por último a ambas paradas junto al cuerpo sin vida de la víctima y cuando las encontramos ahí con las manos ensangrentadas escaparon al instante

  En cada frase Jen se iba haciendo más y más chiquita, intentando ocultarse tras Sherlock como una niña pequeña. Él por su parte sintió la fuerte necesidad de protegerla, sintió que si en ese momento alguien se atrevía a ponerle un dedo encima a su pequeña, no viviría un día más para contarlo

– ví su escena del crimen – comenzó a relatar mientras aseguraba con su brazo a Jen a sus espaldas – marcas por toda la puerta, la abrieron a la fuerza, recientemente. Había señales de pelea y huellas de botas de tres individuos intrusivos, uno de ellos con sobre peso – uno de los guardias, intentó cubrir torpemente su prominente barriga – a juzgar por la altura y extensión de los otros años, restos de tela y manchas de sangre sugieren que había otro ocupante, tal vez mujer, quien parece haberse defendido usando una afilada e improvisada arma – ahora fue el turno de otro de los guardias de cubrir su mano, dónde estaba una clara marca de el arma mencionada – antes de escapar por la ventana

  Jen lo miro incrédula, ella había visto la misma escena y no se había percatado de todos esos detalles. Ese hombre era simplemente perfecto

– Yo creo que era una busqueda e interrogatoria planeada de la que descubrieron a dos mujeres y luego mi hermana y la señorita Whickman llegaron. Y usted llegó muy rápido justo después que ellas – lo reto con la mirada – ahora, ¿usted va a liberar a mi hermana o lo hago yo?

– sargento Beeston, por favor – justo cuando ambos jóvenes iban a celebrar su triunfo, Grail sacó su As bajo la manga – análisis de huellas, es una nueva inversión Suiza ¿La había escuchado?

– así es – Sherlock lo miraba fijamente a los ojos, pero solo Jen notó la tención en el cuerpo del pelinegro, tenía miedo

– quisiera venir a ver? – aún con su brazo protector hacia Jen, ambos se acercaron a ver lo que Jen reconoció como el arma homicida, aún recordaba esa cosa encajada en el estómago de aquella pobre chica. Apretó el agarre en el brazo de Sherlock ante el recuerdo – hace nuestro trabajo mucho más eficiente, en especial en un caso de asesinato

– ellas jamás tocaron esa arma – señaló rápidamente Sherlock

– oh, la señorita Whickman tal vez no, pero Enola si que lo hizo, ¿O entonces por qué tiene sus huellas? ¿Que gran época en la que vivimos no creé señor Holmes?

  Ninguno supo que responder, no había forma de deshacerse de aquella evidencia, al menos no por ahora. Sherlock hizo el ademán de salir de ahí pero la voz de Grail lo detuvo

– arréstenla! – tan pronto escuchó la órden, Sherlock protegió a la chica con su cuerpo

– sus huellas no están en el arma, no hay motivo para arréstarla – intentó negociar

– tal vez no lo estén, pero se le culpa de cómplice – intentó tomar del brazo a la chica, pero la mirada fría y amenazante de Sherlock lo hizo retroceder

– asta donde sé, el inspector Lestrade también estaba presente, podría culparlo a el también por cómplice, o incluso Jen Whickman pudo llegar después, ya que a ella no la encontró con manos ensangrentadas, no tuvo nada que ver – la desesperación en su voz era evidente. Nunca había experimentado el sentir que le arrebataban a alguien

– ¿esta usted cambiando la coartada?

– usted está cambiando las reglas del juego, no veo por qué no puedo jugar del mismo modo – todo su cuerpo expresaba seguridad, pero Jen al estar tan pegada a él, pudo notar como su corazón latía a una velocidad inhumana, y cómo parecía que la respiración le faltaba, oprimiendo su pecho

  El superintendente Grail, sin tener otra opción ante un Sherlock tan firme y amenazante, los dejo ir

  Jen aunque temblará, la verdad es que se sentía segura. La manera en la que la protegió sin importarle nada, la hizo sentir en paz, como si nada pudiera hacerle daño. Y aún cuando subieron al coche en dirección a "casa de una amiga de su madre, que podría ayudarlos" según las palabras de Sherlock, Jen no lo soltó en ningún momento, incluso se abrazo más a él, cómo si temiera ser arrancada de sus brazos en cualquier momento

  Y por supuesto que Sherlock no puso ninguna objeción a eso.








Dios mío que vergüenza con ustedes, pido perdón por desparecer por tanto tiempo

Eh estado algo ocupada y apenas me da tiempo de respirar jajaja

Pero adivinen quién se enfermo y ahora tiene tiempo para escribir wuw!!

Intentaré con todas mis fuerzas terminar está historia en el tiempo que estoy en cama jejeje

Extrañé muchísimo escribir está historia, y creo que lo bueno de haber pasado tanto tiempo sin escribir es que vengó con muchas ideas, ando inspiradisima!!!

Gracias por leer, les amo <3

𝐒𝐡𝐞𝐫𝐥𝐨𝐜𝐤 𝐇𝐨𝐥𝐦𝐞𝐬 - 𝙴𝚗𝚘𝚕𝚊 𝙷𝚘𝚕𝚖𝚎𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora