Ante la desaparición de su madre y su pequeña hermana, Sherlock Holmes se ve obligado a pedir ayuda a Jen Whickman, lo más cercano a una amiga que podía considerar.
dos personalidades tan parecidas pero tan diferentes a la vez, se verán obligadas...
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Resonaron aplausos por todo el lugar, haciendo que Sherlock y Jen se separarán
– felicidades
– Lord McIntyre, ¿Que está haciendo aquí? – preguntó Enola mientras el hombre se acercaba
– fui convocado – el hombre rió – tu hermano sabía que yo querría que los culpables recibieran su merecido. Y no se cómo agradecerle que haya recuperado está propiedad del gobierno y por sacar a la luz a esta asesina, una manzana podrida – se refirió a Sarah
Jen lo vio acusadoramente, ahora les quitarían las pruebas que necesitaban para hacer justicia
– el mundo conocerá el nombre de Enola Holmes, me asegúrate de ello. Lestrade, arresta a esa chica
– no hizo nada malo – la rubia inmediatamente salió en defensa de Sarah
– señor ¿Bajo que cargos?
– por robo
– lo único que le robo fue la verdad – espetó ahora Enola
– se llevó información personal, la cual uso para extorsionar, chantajear y por eso se irá a prisión
– pero se equivoca – Jen miró expectante a Sherlock cuando comenzó a hablar – ella no lo extorsionaba. Lo convoqué para sacar a esa persona de su escondite, la contabilidad fue magistral, era una maraña, pero todo apuntaba a un solo bolsillo, una persona recibiendo los frutos de sus planes, sin que nadie lo notará
– escuchando todo, y viendo todo – le siguió Jen al comprender – y lo ignoraron, por años
– jugó con todos
– solo se divertía
– fue Mira Troy – dedujo Enola de inmediato
– eso es absurdo – el hombre reía – no puedo creerlo
– su mayor problema, señor, es subestimar tanto a las mujeres – sonrió Jen
– es increíble lo que puedes hacer cuando la gente te subestima – hablo la mujer
– y luego vino el problema, William se robo el contrato
– y amenazó con acabar su negocio
– y no iba a permitirlo
– contrato a Grail para recuperar el documento, pero todo se salió de control e intentó inculpar la Lord McIntyre
– pero fue una equivocación hacerlo
– Moriarty – ambos se sentían completamente poderosos al completar sus frases, era como si pudieran leer sus mentes y eso les encantaba
– que lástima que mi entretenimiento se terminé, estaba en serio disfrutándolo
