Ante la desaparición de su madre y su pequeña hermana, Sherlock Holmes se ve obligado a pedir ayuda a Jen Whickman, lo más cercano a una amiga que podía considerar.
dos personalidades tan parecidas pero tan diferentes a la vez, se verán obligadas...
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Noveno Capitulo; Segunda Parte:
Jen caminaba tras Sherlock a paso ligero, buscando no hacer ningún ruido, el camino era grava por lo que era algo difícil
Él por su parte, pensaba en ese casi beso, y el por qué se alejó, estaba claro, tenía miedo, un sentimiento que por alguna razón lo invadía bastante en los últimos días
Jen lo estaba dañando, de alguna manera. Pero si de algo estaba seguro, no quería alejarla, no otra vez
No cometería el mismo error dos veces.
La gran reja de la fábrica les impidió el paso. Aún que solo bastó un movimiento aguil de Sherlock para cruzarla
– espera aquí – le advirtió
– qué, aquí? No – se supone que iba a ayudarle
Aunque no sabían bien como
– revisa que no venga nadie, si ves que alguien va a entrar distraele de alguna forma. Si ves que tardo mucho vete – y sin más se adentro en la obscura fabrica
Su corazón se aceleró, estaba proponiendo que algo malo podría pasarle, y que si eso ocurría ella debía irse sin más
No le gustaba la idea de desobedecer a Sherlock, pero sabía que no podría dejarlo a su suerte
Justo cuando se estaba debatiendo ignorar las palabras de Sherlock y entrar, escuchó unos pasos
– shhh! Tus pasos hacen ruido – reconoció la voz de Enola, pero igualmente decidió esconderse
– pero, ¡es grava!
– tus pies son muy grandes!
– ya se!
Jen sonrió por lo cómico de la conversación de los adolescentes
Ambos intentaron abrir la reja, peor al ver qué era imposible, el chico, que reconocío como Tewkesbury, ayudo a Enola a subir y cruzar la reja
– quédate aquí y vigila, si alguien viene, solo... Diles que eres un Lord o algo así
– pero, soy un Lord
– entonces te creerán bobo – Jen tuvo que contener una carcajada
Una vez vió alejarse a Enola, decidió salir de su escondite
