Ante la desaparición de su madre y su pequeña hermana, Sherlock Holmes se ve obligado a pedir ayuda a Jen Whickman, lo más cercano a una amiga que podía considerar.
dos personalidades tan parecidas pero tan diferentes a la vez, se verán obligadas...
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– y tienes alguna idea de por qué se fue? – preguntó Jen intentando atar cabos
– es por Mycroft, quiere inscribirla en una escuela de modales. Pero ella es todo lo contrario a una señorita, es rebelde, fuerte y no le gusta seguir órdenes
Jen sonrío – creo que tú hermana y yo nos llevaríamos muy bien
– ya lo creo
– y no has pensado que tal vez ella no quiere que la encuentren? – lo miro sería y Sherlock suspiro
– lo eh pensado, pero Mycroft no se dará por vencido, y no sera amable. Necesito encontrarla antes que él
– entiendo. Ya buscaste en los registros de los trenes que salieron
– no... – Sherlock se golpeó internamente al darse cuenta que no estaba siendo eficiente – encontré unas cartas que mamá estuvo enviando, se que Enola la está buscando, pensaba empezar por ahí
– es buena idea, tu ve ahí y yo iré a buscar en los registros de trenes – le sonrió intentando tranquilizarlo, era obvio que estaba muy estresado
– me parece bien, nos vemos aquí para intercambiar información
Así ambos se separaron para buscar información
Cuando Jen llegó a la estación se golpeó internamente, pues Sherlock no le había dado especificación sobre el físico de su hermana
– te digo que era una niña, estoy segura – pudo escuchar los cuchicheos de dos damas
– pero por qué estaría vestida de niño? Eso es horrible, debe ser muy incómodo – dijo la segunda
– no lo sé, pero sus facciones eran muy femeninas, además, se le notaban un poco los pechos, eso sí tenía muy buenos atributos si intentó ocultarlos – Jen frunció el ceño
– el otro chico era muy guapo
– solo lo viste dos segundos mientras habrían el vagón
– y a ti te bastó ese tiempo para darte cuenta que el otro era una niña
– pero estaba más cerca
– como sea, debieron estar muy locos para saltar del tren
– o en muchos problemas – Jen sonrío, era obvio que Enola no saldría sin haber cambiado su apariencia, y al tener dos hermanos no le sería difícil disfrazarse de muchacho. Lo que la perdió un poco fue la mención del otro chico