◕*.✧ Emma es una joven madre soltera con una vida "normal" si es que así se le puede llamar. Una vida llena de incidentes y desgracias desde que tiene memoria, una vida en la que solo le queda ser feliz por la única persona a la que ama con todo su...
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*.✧Emma.
Caminaba tomada de la mano de Jungkook por todo el súper mercado que se encontraba dentro del centro comercial. Llevábamos cerca de dos horas aquí, pero primero habíamos ido a desayunar a un restaurante para que Lucas comiera panqueques con tocino y se divirtiera un rato en los juegos del lugar.
Era incómodo, puesto que todo el mundo sabía quién era Jungkook así que las miradas era lo último que faltaba a nuestro al rededor.
Lucas iba al frente empujando con esfuerzo el carrito luego de discutir con el pelinegro para ver quién lo llevaba, pero al final mi pequeño lograba enganchar a Jungkook de una forma que no lograba entender para que cediera siempre que quería algo.
—Llevas puesta la camisa que usabas el día que te conocí —sonrei mirandolo a los ojos. También estaba peinado de la misma forma y reflejaba aquella autoridad y elegancia que tanto me gustaba.
—¿También me veo igual de guapo? —se alardeó con una sonrisa de lado. —Por qué tú ese día irradiabas belleza.
—Ya basta —rei golpeando uno de sus hombros tratando de no sonrojarme.
Me separé de la mano de Jungkook solo para verlo alejarse de mi unos pocos metros y tomar la pequeña mano de Lucas, tomando también el carrito.
—Iré al pasillo de a lado por latas de atún, regreso en un segundo —avise a los dos ganandome un asentimiento de ambos.
Jungkook y Lucas siguieron con su pequeña discusión decidiendo que pan para sandwiches llevar.
Doble justo al pasillo del costado solo para buscar las latas de atún premium que Jungkook compraba, se encontraban en uno de los estantes de arriba así que bufando comencé a alzarme de puntitas para alcanzarlos, no puedo creer que ni si quiera llevando un par de tacones pudiera alcanzarlas. Unas manos largas y grandes cubrieron las mías tomando dos latas, sentí un calor detrás de mi cuerpo y automáticamente me gire, pues sabía a la perfección que esas no eran las manos de Jungkook, las de el eran más bonitas sin duda.
