◕*.✧ Emma es una joven madre soltera con una vida "normal" si es que así se le puede llamar. Una vida llena de incidentes y desgracias desde que tiene memoria, una vida en la que solo le queda ser feliz por la única persona a la que ama con todo su...
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Emma✧*。
Me sentía como en el paraíso.
Los besos que Jungkook repartía sobre mis muslos desnudos y las caricias que daba por ellos con sus manos no hacían más que hacerme sentir como en el maldito cielo.
¿Cuando fue la última vez que alguien me tocó de esta manera?.
Me sentía como una adolescente de dieciocho años otra vez a punto de experimentar su primera vez, solo que está vez con la certeza de que no iba a dolerme. Eso esperaba al menos.
Deje de repartir caricias simplemente a su espalda desnuda para pasarme por toda la extensión de su abdomen y pecho trabajados y duros, deleitándome con la suavidad de su piel mientras nuestras bocas se atacaban entre si. Podía escuchar con claridad cada uno de los gruñidos, jadeos y gemidos que Jungkook desprendía cuando mis manos se pasaban por su cuerpo.
Hacia un buen rato que el se encontraba entre mis piernas, yo semi desnuda siendo cubierta únicamente por mis bragas y mi sostén, mientras el aún conservaba esos shorts deportivos, pero estaba segura de que no duraría mucho con ellos.
—Si supieras... —se separó jadeante de mi respirando rápido. —Si tan solo tuvieras idea de todo lo que quiero hacerte... ¡Aah!.
De la nada soltó un gemido cuando toque el lóbulo de su oreja con mi boca y entonces extendi una sonrisa en mis labios al darme cuenta de que había dado con un punto sensible de su cuerpo y que al parecer en esta situaciones se ponía peor.
—¿Qué dijiste? —susurre de manera traviesa.
—Estas jugando sucio Emma —se mordió y los labios.
Sentí una de sus manos adentrarse en mi ropa interior teniendo contacto sin barreras con mi intimidad. Uno de sus dedos comenzó a brindar caricias directas a aquel punto más sencible de toda mi anatomía mientras yo trataba de callar mis gemidos para no despertar a Lucas.
—¡Jung... Jungkook —me aferre a sus hombros sintiendo uno de sus dedos en mi interior. —Ah.
—¿Tienes idea de que las noches anteriores solo fantasee contigo cuando dormías tan tranquilamente? —empujo otro dedo en mi interior y yo lleve una mano a su cabello tomándolo con fuerza. —Dormir y despertar viendo ese bonito trasero tuyo no ayuda en nada cariño.
