Capítulo 9

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Dolorosas mentiras camufladas en lavanda

Towa: ¿Qué haces Riku?

La princesa se sonrojo bastante al tener tan cerca al chico que le gustaba y se aparto de el, después examinó el lugar y vio que se encontraba en un valle de flores lavanda.

Riku: ¿te gusta?

Towa: Es hermoso.

Riku: Me alegra que le guste.

Towa: ¿Dónde...?

La marioneta interrumpe a la albina mientras ve las estrellas

Riku: mientras la esperaba, encontré este lugar. Siempre me imaginé cómo reaccionaría, creo que me gusta más la realidad.

Towa se sonrojo aún más, además de que su corazón palpitaba demasiado rápido, pero había algo en su mente que la dejaba consternada; la imagen de Riku ayudando a Zero.

Towa: ¿Por qué la ayudaste?

Riku dejo de sonreír y miró con tristeza a la mitad demonio.

Riku: Mi señora Zero estaba enamorado del rey del occidente.

Towa: ¿Mi abuelo?

Riku: exacto, Inu no taisho. Después de que la señora supiera la razón del deceso del gran daiyōkai fuera el amor por una humana y un hanyo.

Towa: ¿amor? Lo que tiene Zero es obsesión.

Riku: Dolor, pérdida, celos y odió. Suenan como emociones humanas ¿no?

Towa: ¿Y eso justifica sus acciones?

Riku niega con la cabeza y sigue con su relató.

Riku: le pidió a la perla de Shikon la cual podía cumplir cualquier deseo que acabara con esos sentimientos.

Towa: por eso aquél día afirmabas que la perlas arcoiris contenían su corazón ¿Cierto?

Riku: si, además de parte de su gran poder demoníaco.

Towa: Creo que entiendo un poco su posición, cuando Setsuna murió perdí el raciocinio, aún asi no justifica sus acciones y tampoco los mios. Mi abuelo murió para proteger a los seres que tanto amaba, si enserio ella lo amaba debió respetar eso.

Riku: Princesa por favor entienda, ella creía que si le abría los ojos a Sesshomaru...

Towa: ¡¿qué?!

Riku: Sesshomaru dejaría de protegerlas.

Towa sonríe con tristeza y mira a las flores.

Towa: ¡Ja! ¿Mi padre? A él no le importa que me pase.

Riku: El fue el que le dió la gran espada Tenseiga.

Towa se quedó sorprendida, miro fijamente la espada y le produjo una pequeña sonrisa. Riku se cautivo con aquella escena se acercó a la albina y acarició su pelo blanco.

Riku: Towa yo....

???: conteram collumtuum

El cuello del pirata se rompió con facilidad y rapidez, algo que dejó impactada a la albina; Otra vez vio morir a un ser querido ante sus ojos. No pudo evitar romper en llanto y abrazar con fuerza el cadáver del chico que estaba tendido en el suelo.

El legado de las tres princesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora