Capítulo 14

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Las concecuncias de mis actos
Parte 2

El joven demonio se marchó enojado y sin decir nada. No podía creer que su padre lo castigara de esa forma, teniendo que pasar tiempo con la incompleta cuarto demonio y el llorón de su hermano, dos criaturas que encontraba molestas y aburridas. Mientras tanto, Yuji y Moroha estaban petrificados. El tono severo del alfa les había helado la sangre, Koga salió de detrás de la cascada y con un simple gesto, indicó al pequeño que sería el próximo; El niño asintió con la cabeza y avanzó unos pasos. Se sentía atemorizado, pero intentó mostrarse valiente.

Koga: Yuji dime la verdad.

Yuji: No puedo decir nada, mi alfa lo ordeno.

Dijo el pequeño determinado mirando a su padre a los ojos, entonces Koga cruzo sus brazos y de forma desafiante le declaró.

Koga: Yusei dijo que Moroha te pegó.

Yuji reaccionó al instante, sorprendido y con el corazón latiendo con fuerza, negó con toda su fuerza y le gritó a su padre.

Yuji: ¡No es verdad! ¡Ella nunca me ha pegado! ¡Es una mentira!

Koga: Muy bien, continúa.

El alfa observaba con atención a su hijo menor, sorprendido por el cambio de actitud. Ahora, el desafío era poner a prueba la integridad de Yuji. Koga quería ver si su hijo estaría dispuesto a hacer lo correcto, aunque eso significara desobedecer a su hermano.

Yuji: ¡Fui yo! ¡Yo mismo me pegué!

Koga se decepciono con esa respuesta porque aún Yusei tenía en su mano a su hermano. Aún así vio una pequeña esperanza pues la influencia de Moroha era buena para su pequeño y con una voz ronca le ordenó a Yuji.

Koga: Mañana por la mañana, vas a salir a cazar con Yusei y Moroha. ¡Tienes que demostrar fuerza en tu corazón y carácter!

Yuji sintió como el miedo y la presión lo paralizaban, pero también sabía que debía obedecer. Con todas sus fuerzas, aceptó la orden, sabiendo que tendría que tener una gran fortaleza de carácter. Koga lo abrazó y dijo.

Koga: por favor no pierdas tu noble corazón.

Yuji: Papá...

Koga: Trae a Moroha y luego regresa a casa.

Yusei asintió con la cabeza y salió a buscar a Moroha. Cuando la encontró, miró a su padre, dando una leve inclinación de cabeza, como un saludo, y se retiró con su hermana en silencio. No dijo nada, no necesitaba hacerlo. Se iba a la prueba con determinación y el corazón puro, listo para enfrentar cualquier desafío.

Koga: El casi nunca me dice ni una sola palabra y cuando me habla solamente es para defender a los que ama.

Moroha: entonces defendió a Yusei...

Koga: También te defendió a ti.

La joven soltó una pequeña sonrisa, pues se sentía orgullosa de Yuji por defenderla ya que muchas veces era acusada injustamente por los errores de Yusei.

Koga: Muy bien me puedes explicar ¿por qué le disparaste flechas a Yusei?

Moroha: Creo que hasta los prodigios nos equivocamos.

Una excusa vaga no sería suficiente para salvarse del castigo o la vergüenza que sentía.

Koga: Sabes quién también era una prodigio con el arco y la flecha.

El legado de las tres princesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora