VALS OF THE BUTTERFLYS // JEON JUNGKOOK; BTS // TERMINADA

veinticinco

Jia Li:

Es increíble el cambio que ha dado Jimin con Yuhe, antes ni siquiera la miraba y ahora están aquí bailando mientras se ríen como si no hubiese un mañana. Jungkook los mira con gracia desde el sofá mientras aplaude y da su punto de vista de vez en cuando.

Esos tres hacen un equipo bien bonito, cenaron juntos y ni siquiera me han prestado atención en toda la noche y ya se está haciendo tarde.

- Enana - le llama Jimin - ¿Quieres ir a ver mi obra de teatro? - coloca las manos en sus rodillas casi sin aliento, Yuhe tiene bastante energía, creo que es algo que heredó de su padre.

Se me hace tierno que él quiera pasar tiempo con mi hija y que aparte desee enseñarle lo que tanto le gusta hacer.

- Cuando mejores éste paso iré - le saca la lengua ella.

- ¿Cuál paso? Estoy haciendo todo perfecto - se queja él poniendo las manos en sus caderas como si fuese una señora y me río de lo gracioso que se vé así, me recuerda a cuando íbamos al colegio.

- No. El de la parte que dice "oh it's just like magic" - canta dejando boquiabiertos a ambos - Siempre haces algo raro con tus pies - le señala como si fuese adulta.

- ¿Pero a quién ha salido tan talentosa mi chiquitica? - comienza a hacerle cosquillas, ella se retuerce mientras ríe.

- A mi mamá - dice entre carcajadas.

¡La adoro!

- Tú mamá es pintora, no idol - repone él.

- Mami canta muy lindo - hala el cabello rubio de Jimin tirándole al suelo para comenzar una guerra con él.

Desde que dí a luz no ha faltado un día en el que le cante y se ha hecho una costumbre muy bonita entre nosotras, le ayuda a dormir cada vez que tiene pesadillas.

- Sí, es cierto - habla Jeon con la mirada perdida, Yuhe se para de un salto para ir directo a él.

- ¿Mi mamá también te ha cantado?

Y aquí es dónde entro yo al salón aclarando la garganta para que el momento no se ponga incómodo y mi hija no se confunda.

- Yuhe, es hora de dormir cariño.

- Mami - corre hacia mí - Jungkook te escuchó cantar, ahora sabe tú secreto - dice colocando las manitos tapando su boca mientras los dice, aunque los tres adultos hemos escuchado perfectamente todo.

Le había dicho que era nuestro secreto el que yo le cantara, que nadie debía saberlo, ella con su inocencia aún guarda esas palabras como si fuesen tesoro.

- ¿Qué secreto? - el pelinegro se empeña en saber - Tú madre siempre ha cantado...

- Eres un brujo - chilla la niña escondiéndose detrás de mí - ¡Ahora le quitarás la voz igual que a la sirenita Ariel! Era nuestro secreto.

No puedo esconder la sonrisa que tengo, ésto se me hace bastante gracioso.

- No soy un brujo, soy un mago - refunfuña, ella asoma su cabecita observándole incrédula.

- ¿Eso es cierto mami?

- No lo sé - le susurro.

- Ven, te mostraré un truco de magia - desde cuándo el sabe sobre esas cosas, la niña va directo a él sin chistar, esperando con ansias lo que hará.

Comienza a mover sus manos como si en verdad fuera una clase de mago y de la nada saca una moneda, "aparentemente", de detrás de la oreja de mi hija. Ella aplaude impactada por lo que ha visto, estoy segura que no se le irá de la cabeza y va a pedirme más seguido jugar con el azabache.