Jodido Bikini - Jensoo

👙O.7👙

La única razón por la que Jennie se había ofrecido a ayudar a Jisoo era carnal, pero una vez la tuvo en su casa, se arrepintió. Su olor, mezcla de dulzor y de la acidez del limón, la torturaba. Encendió el ordenador moviéndose con deliberada parsimonia porque lo que quería hacer era follar a Jisoo, colocarla sobre el escritorio y besar cada milímetro de su cuerpo. En el despacho, en la cama, en la cocina, en cualquier parte. Tenía la inquietante sospecha de que, si no la
poseía, su espíritu poblaría su casa como un fantasma.

Pero estaba claro que ella esperaba que pasara a la acción, Su fama de que se come con todas la precedía, y aunque estaba segura de que podría convencerla, no quería ser tan predecible ni que Jisoo pensara que le conocía. Porque no era cierto. Entre otras cosas, no era tan superficial como ella pensaba. Así que reprimió sus instintos y se concentró en la búsqueda.

En cuanto leyó la lista que le dio Jisoo, supo que tardaría poco en encontrar lo que necesitaba. Ella ya había sacado el libro de texto y estaba tomando notas. Sonrió para sí misma al ver lo cómoda y relajada que parecía con el pelo recogido en una coleta y el lápiz en la mano. Era evidente que leer y estudiar era lo que le salía naturalmente.

–¿De verdad te gusta el derecho corporativo o lo que te interesa es ganar mucho dinero? –no pudo resistirse a preguntar Jennie cuando había leído la mitad de la lista.

Jisoo le miró un segundo antes de volver la atención a la lectura.

–Me gusta. Me parece retador y me encanta el proceso negociador.

Jennie asintió, pero tenía la sensación de que había algo más que Jisoo se guardaba para sí.

–¿Te parece que soy superficial? –preguntó Jisoo, mirándola en esa ocasión con inseguridad.

–No –respondió ella– Cada uno tiene distintas motivaciones y gustos –Jisoo asintió, pero no amplió la información. Entonces Jennie preguntó– ¿Por qué trabajas tanto? ¿No tienes una beca?

–Ya no.

–¿Por qué no?

Jisoo tomó aire. No era algo que soliera contar, pero quizá le serviría para no dejarse distraer por Jennie.

–Reprobé.

Jennie dejó de teclear y giró la silla hacia Jisoo. –¿Por fin suspendiste un examen? No te preocupes, a todo el mundo le pasa alguna vez.

–No fue uno, sino todos los finales del año pasado.

–¿Qué sucedió? –preguntó Jennie, sorprendida. Al ver que Jisoo no respondía, volvió a preguntar– ¿Le pasó algo a tu familia? ¿Tuviste problemas de salud?

Jisoo desvió la mirada y la volvió al papel.

–No se trató de nada dramático, sino de algo bochornoso.

–¿Qué pasó?

Jisoo no quería hablar de ello, pero una vez más, pensó que podía contribuir a enfriar cualquier tentación.

–Conocí a un hombre y pensé que era él –se ruborizó como siempre que recordaba lo ingenua que había sido– Pero me equivoqué. Rompió conmigo dos días antes de los exámenes y yo... no supe reponerme.

–¡Qué desconsiderado!

–Así es. Pero la idiota fui yo.

–¿Por qué dices eso?

–Porque salí y me emborraché.

–Vaya... –dijo Jennie pensativa– ¿Y pasó algo malo?

–No muy malo, pero tampoco bueno –Jisoo miró a Jennie a los ojos– Al menos, he aprendido de mis errores.