👙O.17👙

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Jisoo nunca llegaba del bar antes de la madrugada. A Jennie le angustiaba pensar en ella caminando sola a esas horas, pero Jisoo no consentía ni que la recogiera, ni que le pagara un taxi. Así que, sin ella saberlo, le había pedido a Hoseok, el portero del bar, que le dijera que se había mudado cerca y la acompañara.

Le irritaba que Jisoo no se dejara ayudar, pero más aún, la obsesión que tenía ella con hacerlo. Era una locura. Como era una locura que estuviera desvelada, esperando a oír la llave en la puerta. Jamás había dado antes una llave a una mujer.

Aquella mañana había visto lo cansada que estaba. Había tomado dos cafés antes de ir a trabajar. Luego iría directamente al bar. Necesitaba dormir. Jennie odiaba verla trabajar tanto habiendo dormido tan poco la noche anterior, y que ella fuera la culpable, por haberle contado sus problemas con Harley, cargándola con su propia frustración.

Finalmente, oyó la puerta y las pisadas de Jisoo. Se tumbó boca abajo y cerró los ojos para hacerse la dormida, pero no le dio tiempo a apagar la luz.

–¿Jennie?

Jennie ignoró el susurro y se concentró en mantener una respiración pausada. Ella le tocó el hombro y tuvo que evitar sobresaltarse. Jisoo necesitaba dormir.

–¿Jennie?

Jisoo suspiró, y percibir su desilusión estuvo a punto de quebrar la voluntad de Jennie. Pero la compensaría por la mañana. Además, era el día de Navidad y tendrían toda la mañana para ellas.

Jisoo se separó de la cama y ella la miró de reojo. Aunque le daba la espalda, por la postura de los hombros supo que estaba cansada. Y vio que se frotaba la frente como para librarse de un dolor de cabeza residual antes de empezar a desnudarse. Jennie volvió a maldecir lo que trabajaba y que no le dejara ayudarla. Podría subvencionarla para que al menos dejara uno  de los dos trabajos.

Estaba tan ocupada pensando que ni siquiera se dio cuenta de que ella se había dado la vuelta.

–Estás despierta –dijo en tono acusador.

Jennie cerró los ojos automáticamente, pero sabía que era demasiado tarde.

–¡Jennie!

–Estaba dormida –mintió.

–¡Fingías dormir! –dijo Jisoo indignada– ¿Por qué? –antes de que ella contestara, lo hizo ella– Te has hecho la dormida como un marido que quisiera evitar la obligación de tener sexo.

–Jisoo...

–¿Ya te has aburrido?

El dolor que se palpaba tras la indignación hizo reaccionar a Jennie, que saltó de la cama.

–¿Te parece que estoy aburrida? –dijo señalando su prominente erección.

Ella solo quería perderse en el interior de Jisoo y encontrar su punto de flexión. Quería todo lo que ella conseguía, olvidar los pensamientos que lo atormentaban, sentirse tan cerca de ella como la noche anterior.

–Bastaba con que me hubieras dicho que no viniera –dijo ella ignorando la prueba material de su deseo.

–Quería que vinieras.

–¿Y por qué te hacías la dormida? –preguntó ella cruzada de brazos.

Jennie se dio por vencida. Sabía que su respuesta la iba a molestar, pero que no podía estimársela.

–Quería dejarte descansar –dijo. Jisoo la miró boquiabierta– Estás exhausta.

–¿Así que las ojeras no te resultan atractivas? –preguntó ella enfadada– Muchas gracias.

Jodido Bikini - JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora