👙Epilogó👙

755 80 5
                                    

Dos años más tarde 

    

    
Aquí tienes lo que quieres.

Jisoo rió al ver la fotografía que acababa de recibir de Jennie, desnuda, con un sombrero de mago colocado en un lugar estratégico y con sus senos al denudo.

Cerró el mensaje y fingió concentrarse en la charla que estaban dando en la oficina de reclutamiento de la compañía que la había contratado. Pero el teléfono volvió a vibrar.

Esta noche en mi casa. Ven en cuanto puedas.

Jisoo se escapó en cuanto terminó la reunión y cruzó la ciudad caminando.

La primera semana había ido bien, aunque trabajaba largas horas y el nivel de competitividad era casi insoportable. También adoraba volver a casa. Sobre todo cuando Jennie estaba de aquel humor juguetón.

–¿Jennie? –llamó cuando entró en vestíbulo.

–¡Estoy en el jardín!

Cruzó la casa, que le resultó extrañamente silenciosa. Hasta que salió al porche.

–¡Sorpresa!

Debía haber quinientas personas en el jardín. Yunjin le tomó la mano y se la apretó para sacarla de su estupor.

–¡Vaya! –fue todo lo que pudo decir.

–Respira. Estás pálida.

Miró a su alrededor aturdida. Vio a su madre, exultante, al lado de su padre, que ayudaba a Jihyo en la barbacoa. Se habían mudado a una casa nueva, apenas a diez minutos de distancia de la suya. La misma noche en que se reconciliaron, Jennie había insistido en ayudarlas. Y el cambio había transformado la vida de sus padres.

Todos sonreían, encantados. ¿Cómo habían conseguido mantener el secreto?

Pero solo había una persona a la que ella verdaderamente quería ver en aquel momento, y era la mujer espectacular que se estaba acercando a ella con una copa de champán en la mano.

–¿Tú has montado todo esto? –preguntó ella en cuanto la tuvo al lado.

–Ya sabes lo bien que se me da organizar fiestas –le susurró Jennie al oído a la vez que le robaba un beso– Pero no te preocupes, nosotras tendremos nuestra propia fiesta privada más tarde.

Jisoo rió, segura de que no le desilusionaría. Porque aunque todos los demás se fueran, Jennie siempre estaría allí para ella.

Dio un sorbo al champán y empezó a saludar a los invitados.

Había dejado el trabajo de las mañanas y ya solo iba al bar algunas noches. Cuando trabajaba, Jennie iba a hacerle compañía. Sus amigos no habían tenido ningún problema en convertirlo en su local de encuentro. Y Jisoo había vuelto a la universidad a tiempo completo, solo después de
prometer a Jennie que, en cuanto ganara dinero, le pagaría parte del alquiler.

Antes de los exámenes finales, Jisoo ya tenía cuatro ofertas de trabajo. Aunque no ganó el premio a la mejor estudiante de su promoción, sí lo recibió en la especialidad de derecho de familia, al que se había apuntado para comprender mejor el trabajo de Jennie.

Jisoo no podía sentirse más feliz.

La fiesta fue maravillosa. También acudieron los padres de Jennie, cuya actitud había mejorado mucho en aquel par de años.

–Estoy tan orgullosa de ti... –dijo Jisoo apoyándose en Jennie varias horas más tarde, cuando despedían en la puerta a los últimos invitados.

Jennie rió –Eso lo debería decir yo.

–Hablo en serio –Jisoo se giró para mirarla y se acurrucó contra ella– Eres la mujer más guapa del mundo.

–Eso es porque me miras con buenos ojos –la besó y cerrando la puerta, la llevó al interior– Tengo un regalo de graduación para ti.

–Todavía no me he graduado.

–Técnicamente, sí –Jennie le dio un rápido beso, se metió la mano en el bolsillo y sacó una caja.

–Jennie... –empezó Jisoo. Pero el corazón se le paró.

–Llevamos dos años juntas –la interrumpió fingiéndose enfadada– ¿No crees que ya es hora de que hagas de mí una mujer honrada?

Abrió la caja y Jisoo pasó del calor al frío y de nuevo al calor en una fracción de segundo. Jennie la sujetó por los hombros como si temiera que se desmayara.

–No puedes seguir aprovechándote de mí y tratándome como un objeto sexual –continuó– Necesito que te comprometas.

–¿De verdad? –Jisoo tomó aire– ¿Tienes algo más que añadir a tu lista de exigencias?

–Sí. Quiero que nos casemos cuanto antes y que tengamos una luna de miel espectacular. Ya he empezado a planearla.

–Quizá deberías dejar el derecho y dedicarte a la organización de eventos –bromeó Jisoo.

–No puedo abandonar a mis clientes.

Jisoo se puso seria y, colocándole la mano en la mejilla a Jennie, dijo con dulzura –Claro que no. Te necesitan demasiado. Y yo también te necesito. Más de lo que soy capaz de expresar.

–Lo mismo digo –dijo Jennie estrechándola en un abrazo– ¿Tengo que tomar esto como un sí a mi proposición?

Jisoo apoyó la cabeza en su pecho.

–Sí –susurró.

–Va a ser una fiesta espectacular, Jisoo –musitó ella.

Una fiesta que duraría el resto de sus vidas.

    

           

     

Corto... pero lo que vale es la intención XD

Jodido Bikini - JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora