La Llave de Mew-Libro 3-MewGulf

Capítulo 4

Gulf hizo un pequeño desvío primero, para llevar un regalo a Jorge. Lo había visto algunas veces en los últimos doce meses y, cada vez, le llevó una pequeña muestra de agradecimiento. Gulf comprendía mucho mejor a Jorge ahora que podía ver en su mente. Sabía que las voces con que hablaba a menudo no eran las suyas. Vampiros de todo el mundo habían asumido que Jorge tenía varias personalidades o trastornos disociativos de identidad, como se le llamaba en la actualidad. 

Pero no era nada de eso. 

Jorge tenía una ventana mental para los muertos. Vampiros muertos, para ser exactos. Algo que había aprendido cuando la difunta madre de Gulf habló con ellos, cuando Gulf fue convertido en un vampiro. La voz que habló con Jorge era de él, pero en su mente, Gulf podía ver al vampiro muerto hablando. Jorge fue, para todos los efectos, un portal para la vida después de la muerte del vampiro. 

Y lo que era mejor, a Gulf le gustaba el chico. Incomprendido por cien años, pero todavía sólo un niño de cinco años de edad, Jorge había sido esencial para la supervivencia de Gulf y su transformación de humano a vampiro. Jorge había sido secuestrado de su humilde cabaña en las selvas de Bolivia y utilizado como cebo para atraer a Gulf a China, por Rilind, un vampiro illirio vengativo, que quería utilizar los poderes de Gulf. Cuando Gulf y Mew habían regresado a Jorge a salvo y bien, fue entonces que Gulf notó a un Adelmo perturbado, el hombre que se hizo cargo de Jorge, era como un padre para él. 

No era un cuidador o niñera, como decían algunos de los rumores que Gulf había oído. Era, por un enlace vampiro, la figura del padre del niño. Gulf podía verlo. Podía ver el enlace entre las parejas unidas, como un lazo de almas. Y no todos los enlaces fueron para parejas o así fue lo que Gulf trató de explicar. Algunos enlaces eran para ser familia. Cómo Adelmo y Jorge. Si Gulf viviera durante mil años, nunca olvidaría el momento en que llevó de nuevo a Jorge a Adelmo, cómo el niño corrió hacia él y cómo Adelmo lo tomó y lloró lágrimas de alegría y alivio.

Adelmo y Jorge vivían una vida humilde: una pequeña cabaña, mobiliario escaso, pero práctico, no había electricidad, no había comodidades del pleno siglo XXI que Gulf daba por sentadas. Eran felices así. Pero esto estaba justificado. Siempre que lo visitaba, Jorge apenas había salido de su casa en la selva, desde la prueba en China, y después fue para la boda de Gulf y Mew, Gulf le llevó algo pequeño pero especial. La primera vez fue un nuevo reloj después de que el que Gulf le había dado la primera vez que se vieron le fue robado. La segunda vez fue una caja de libros, de cuentos y colorear, con la más grande caja de lápices de colores y marcadores que Gulf pudo encontrar. Teniendo en cuenta el talento de Jorge y su edad vampiro de más de cien años, otros habían pensado que era una estupidez. Pero Jorge estaba tan excitado, y Adelmo estaba muy agradecido.

En esta visita, Gulf había decidido que un nuevo balón de fútbol estaba en orden. Saltó a Mew, Eiji, y Jodis al callejón detrás de una importante cadena de artículos deportivos en Sucre, capital de Bolivia. Era de noche y la tienda estaba llena de compradores tardíos.

Mientras Gulf tomó lo que quería y estaba de pie en la larga cola para ser servido, Mew, Eiji, y Jodis salieron a esperar. Se quedó en su lugar, impaciente. De acuerdo, Gulf se había acostumbrado a no esperar para saltar, así que los trajo con él, pero quería hacerlo bien. Sí, podía saltar en cualquier tienda en cualquier parte del mundo y tomar lo que quería o saltarlo sin tener que ir a cualquier lugar, pero esto debe ser elegido y comprado.

Para disgusto de Eiji. No había dejado de murmurar para sí mismo.

Deja de quejarte, Gulf dijo a Eiji en su mente.

Eiji lo miró y espetó.

Un grupo de criaturas desconocidas puso en peligro tu vida hace sólo unas horas. No creo sea prudente o gracioso que corramos el riesgo de estar una calle pública para comprar un balón de fútbol a un niño. ¿No podrías sólo tomarlo?