Frank había pasado los últimos 10 minutos murmurando alabanzas sobre lo genial que era poder hacer hechizos. Había visto a Gerard conjurar para crear fuego, a partir de ciertos materiales que había conseguido y no podía dejar de estar tan maravillado.
—¿Te imaginas que tú fueses Dios del Fuego y yo del Agua?
—Seríamos polos opuestos.
—Como somos en realidad, pero ¿sabes, Gee? Los polos opuestos se atraen —murmuró y se apegó para depositar un corto beso en sus suaves labios.
Gerard no podía creer que algo tan sencillo como aceptar que quería a otra persona le hacía sentir tan bien. A lo largo de su vida había tenido sexo con muchas personas, hombres y mujeres, pero nunca había alcanzado ese nivel de extasis y satisfacción que había disfrutado al tener a Frank entre sus brazos, besándole la piel y aspirando su aroma, sintiendo lo cálido que era y lo dulce que el castaño podía llegar a ser. Era como si todo aquel tiempo hubiese estado esperando a Frank, solamente a él.
Y sabía que de ponerse a buscar explicaciones, su cabeza se volvería un lío y arruinaría todo, incluyendo al mismo Frank. Por eso, el brujo decidió solo aceptar y dejarse llevar, además confiando ciegamente en las palabras de su hermano.
Habían pasado la mayor parte del día en aquel viejo edificio, desnudos y besándose tanto que los labios se les hincharon. Hasta que el estómago de Frank rugió por comida fue que se levantaron y se vistieron para volver a la ciudad y buscar una estación de servicios.
Caminaron en silencio, Frank volteando a ver a cada tanto al brujo peliblanco para comprobar que seguía a su lado y que todo aquello era real. De vez en cuando Gerard chocaba sus hombros y cuando al fin encontraron un lugar donde comprar comida el brujo compró sus dulces favoritos y los compartió con él de buena manera.
No hubo besos en público ni toques de mano, ambos estaban bien con disfrutar de lo que tenían entre ellos dos. No había necesidad que el mundo lo supiera para que fuese mejor.
Frank por su parte no podía creer en todo aún, sólo sabía que dentro de su pecho alguna pieza había encajado por qué sentía la más pura de las felicidades y un regocijo que parecía no tener fin. La forma en que miraba al Lobo Blanco había cambiado pero la seguridad y la paz que le había brindado desde el primer momento estaba ahí, más firme que antes.
—Frankie —le llamó Gerard, palmeó el tronco a su lado y le pidió que se sentara ahí.
Habían decidido buscar un lugar en el bosque, un pequeño claro rodeado de pinos y arbustos fue suficiente. El brujo conjuró los troncos para estar protegidos y tranquilos durante la noche, no quería por nada en el mundo tener que enfrentarse a un nuevo ataque, al menos no tan pronto. Para su fortuna y gracias a Frank, su pierna estaba totalmente curada.
—Dime, Gee.
—Te debo respuestas —susurró—. Supongo que debo contarte todo lo que sé desde el principio, y eso fue cuando conocí a Anthony. Una tarde mientras estaba en la ciudad, presencié un suceso extraño. Un súcubo atacando a un joven, no traía mis armas así que conjure una daga y acabé con el demonio, pude salvar al joven pero había sido herido y la medicina convencional no iba a poder curarlo así que lo llevé al Páramo conmigo para que le ayudaran a curar. Su recuperación fue un poco lenta y en el transcurso de esos días se familiarizó con todos en la aldea.
》Nuestra amistad surgió tan pronto como él despertó de su curación. Hablar con Anthony era sencillo, quizás era porque me recordaba mucho a mi hermano y así, con el pasar del tiempo nos hicimos amigos. Había muchas dudas que tenía con respecto a él, el ataque del que lo salvé y su recuperación, que a pesar de haber sido lenta había sido exitosa, pues las heridas súcubos tendían a dejar cicatrices profundas y su piel estaba totalmente lisa; sin embargo, era en sí la presencia de un súcubo lo que más había llamado mi atención. No obstante, no había querido tocar el tema hasta que él se decidiera a hacerlo.
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El Protector ➛Frerard
FantasyEn un viaje hacia lo desconocido, Frank tiene que lidiar con nuevas verdades y confiar en un ser con mirada pétrea y ojos cautivadores. El lobo blanco le dicen, Frank lo llama, su protector. {Fanfic Frerard 25/01/22-31/12/22}